sábado, 26 de diciembre de 2020

Para los padres de catequesis

 La herencia del Señor son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas…Salmo 127, 3.

La educación en la fe por parte de los padres es deseable que comience desde la más tierna infancia. Esta educación se hace cuando los miembros de la familia se ayudan para crecer en la fe mediante el testimonio de una vida cristiana de acuerdo con el Evangelio.
La responsabilidad de la familia es la de ser comunidad de vida y de amor: custodiando, revelando y comunicando el amor. Se trata del mismo amor de Dios cuyos intérpretes en la transmisión de la vida y en su educación,  según el designio de Dios son los padres. Así, el amor, es bienvenida, acogida, entrega.
En la familia, cada uno puede ser reconocido, respetado y honrado por ser persona. La familia está llamada a esto, a lo largo de la vida: es el ámbito donde de modo adecuado, nos sentimos protegidos contra múltiples asechanzas.
Como iglesia doméstica, la familia está llamada a anunciar, celebrar y servir el Evangelio de la vida mediante gestos y expresiones concretas, los padres inician a sus hijos en la auténtica libertad: cultivando el respeto por el otro el sentido de la justicia, el diálogo, el servicio generoso, la solidaridad y demás valores que ayudan a vivir la vida como un don.
La catequesis familiar precede, acompaña y enriquece las otras formas de enseñanza de la fe.
Haciendo una pequeña reflexión sobre nuestro acontecer en esta vida pareciera que el único aspecto verdaderamente transitorio de la misma es lo que tiene como posibilidad de llegar a concretarse y que en un momento dado se efectiviza: se hace realidad, se guarda y se entrega al pasado, de donde se rescata y preserva de la transitoriedad.
Normalmente, pasamos por alto el fruto ya ganado del pasado de donde recuperamos todas nuestras acciones, nuestros goces, nuestra sabiduría, nuestro sufrimiento. Nada puede deshacerse y nada puede volverse a hacer.
¡Qué hermoso será entonces poder conservar en nuestros recuerdos acuñados el haber podido y deseado profundamente acompañar a nuestros hijos en el crecimiento de la fe!
Será humanamente, nuestro pequeño gran tesoro guardado, en el cofre de las acciones paternas y será para nuestros hijos, la enseñanza que iluminará sus vidas, acompasará sus tristezas y resignificará con brillo espiritual los grandes acontecimientos de su vida.
Con una catequesis familiar, padres y catequistas nos organizamos ocupándonos respectivamente: los catequistas de la formación sistemática y de iniciación y los padres de la catequesis ocasional que, da lugar a través de los acontecimientos de la vida familiar, de celebrar la fe en sus hogares y de apoyar, animar y acompañar el proceso de sus hijos a fin de que encarnen lo que aprenden y puedan unir la fe a sus vidas.
La Parroquia, como comunidad eucarística es el corazón de la vida litúrgica de las familias cristianas: es un lugar privilegiado para la catequesis de niños y de padres. Es entonces, bajo este ámbito donde nosotros hacemos una cordial invitación a la reflexión comunitaria y la participación de la vida de iglesia, especialmente en este período en el que sus pequeños recibirán- Dios mediante- los primeros conocimientos acerca de lo que Jesús nos reveló y  nos prometió además de recibir el  Sacramento de la Reconciliación y la Comunión.
Lic. Susana Moreno
Catequista

Referencias bibliográficas

San Juan Pablo II. Encíclica Evangelium Vitae, 25.03.1995
Viktor Frankl. El hombre en busca de sentido, 1946 1º edic.
Inés Ordoñez de Lanús. Guía del catequista, Ed. Paulinas.
Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica.

Revista Allah Mahabba, Año III Numero 7, 2001. Edición impresa.

domingo, 18 de octubre de 2020

El Mandato Misionero

Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. 


Lecturas DOMINICALES

Primera carta de San Pablo a los Corintios 4:9-16

Santo Evangelio según San Marcos 16:9-20




En efecto, una de las preguntas que más angustian la existencia del hombre es precisamente ésta: ¿qué hay después de la muerte? Esta solemnidad nos permite responder a este enigma afirmando que la muerte no tiene la última palabra, porque al final es la Vida la que triunfa. Nuestra certeza no se basa en simples razonamientos humanos, sino en un dato histórico de fe: Jesucristo, crucificado y sepultado, ha resucitado con su cuerpo glorioso. Jesús ha resucitado para que también nosotros, creyendo en Él, podamos tener la vida eterna. Este anuncio está en el corazón del mensaje evangélico. 
Meditación de S S Benedicto XVI

La resurrección de Cristo es nuestra esperanza. La Iglesia proclama esto con alegría: anuncia la esperanza, que Dios ha hecho firme e invencible resucitando a Jesucristo de entre los muertos; comunica la esperanza, que lleva en el corazón y quiere compartir con todos, en cualquier lugar, especialmente allí donde los cristianos sufren persecución a causa de su fe y su compromiso por la justicia y la paz; invoca la esperanza capaz de avivar el deseo del bien, también y sobre todo cuando cuesta.

"Como Jesús fue el anunciador del amor de Dios Padre, también nosotros lo debemos ser de la caridad de Cristo: somos mensajeros de su resurrección, de su victoria sobre el mal y sobre la muerte, portadores de su amor divino"                                                Benedicto XVI



http://es.catholic.net/op/articulos/14718/el-que-crea-y-se-bautice-se-salvar.html

Nuestra Señora de Schoenstatt en Siria


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El 18 de octubre de 1914 la Virgen quiso establecerse en un barrio llamado Schoenstatt en un pueblo de Vallendar, Alemania. De esta manera daría fuerzas a los jóvenes que iban a pelear en la 1ra guerra mundial y a sus familias. 
El 27 de junio de 2016, una imagen peregrina de Schoenstatt llega providencialmente a manos de la Hna. Guadalupe para ser enviada a Siria. Desde allí Ella acompañará y dará fuerzas a todas las familias que están sufriendo tanto en este momento. 

Schoenstatt nace a principios de la 1ra guerra mundial. El padre Kentenich siempre decía que “Schoenstatt es hijo de la guerra”.  Él veía en las grandes luchas, oportunidades para que Ella, la Gran Vencedora, manifestara su poder de Reina y Victoriosa. 
El padre Kentenich, profesor y director espiritual en el Seminario Menor de los Padres Pallotinos en Schoenstatt, establece con sus estudiantes una relación de confianza poco común: ellos asumieron su gran amor a María y aprendieron a comprendela como un puente hacia Dios. 

El 18 de octubre de 1914, el padre y su pequeño grupo de estudiantes sellan una Alianza de Amor con la Santísima Virgen María en la capillita casi abandonada de San Miguel Arcángel en Schoenstatt. Desde el momento que la Virgen se establece en la capilla, este lugar se convierte en un santuario mariano y un lugar de gracias, donde miles de peregrinos buscan en María la fuerza de la gracia de Cristo, la luz de la fe para ver su vida según el plan de Dios y el impulso y la energía para su compromiso apostólico. La fuente y centro de la espiritualidad de Schoenstatt es la Alianza de Amor con María. 

Schoenstatt es un movimiento nacido en el seno de la Iglesia y al servicio de ella. Por ser un movimiento mariano ha querido caracterizarse por un marcado amor a la Iglesia, de la cual María es Madre y prototipo a seguir. El movimiento quiere ser parte viva de la iglesia y colaborar activamente en la realización de su misión post-conciliar. 
La familia de Schoenstatt cuenta con diversos tipos de comunidades de acuerdo a la realidad de vida de cada persona. El padre Kentenich, fundador del movimiento, quería que Schoenstatt tenga una amplia  gama de posibilidades de integración para cada persona que desee ser parte de esta gran familia. 

Aquella pequeña capilla es actualmente llamado Santuario “original”, este se ha multiplicado en Europa, América, África, Asia y Oceanía a través de una red de casi 200 Santuarios filiales (replicas del santuario original). Desde estos santuarios filiales la Mater (como la llamamos todos los schoenstattianos), derrama todas sus gracias. 

En especial derrama tres tipos de gracias: La gracia del cobijamiento: todos los que visitamos un santuario, nos sentimos protegidos por su manto y abrazados por Ella. La gracia de la transformación interior: estamos de paso en esta vida y nuestra vida cristiana debe ser continuo proceso de de transformación interior en Cristo. La gracia del envío apostólico: debemos educarnos como instrumentos y en el lugar donde nos toque estar comprometernos a transformar la sociedad para llenarla del espíritu de Cristo.

El 6 de junio de 1993 se bendice el Santuario Filial en Granadero Baigorria, a unos poco kilómetros de Rosario. Desde allí podemos recibir todas las gracias que la Mater quiere regalarnos, sólo debemos pedírselas con Fe. 

Pidámosle a la Mater que cubra con su manto a nuestra querida Siria y llegue pronto la paz.
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

Sra. Corina Abdelahad

Publicado en la Revista Allah Mahabba, Año XVI, N° 50.Diciembre 2016- Edición impresa.

Los primeros discípulos: "como sal y como luz"

Epístola: Carta del apóstol Pablo a los Romanos 2, 10-16

Salmo:
En el salmo respondemos: EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.-

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO:
Mt. 4, 18-23
Los primeros discípulos
Condiciones para seguir a Jesús
"Como sal y como luz "
                             Homilía de San Juan CRISOSTOMO
Vosotros sois la sal de la tierra. Vosotros no habéis de preocuparos sólo de vuestra propia vida, sino de la de toda la tierra. A vosotros no os envío, como hice con los profetas, a dos ciudades, ni a diez, ni a veinte, ni siquiera a una entera nación. No. Vuestra misión se extenderá a la tierra y al mar, sin más límites que los del mundo mismo. Y a una tierra que encontraréis mal dispuesta.

En efecto, por el hecho mismo de decirles: vosotros sois la sal de la tierra, el Señor les mostró que toda la humanidad estaba insípida y maloliente a causa de los pecados. Por eso exige de sus Apóstoles aquellas virtudes que especialmente son necesarias para el aprovechamiento de los demás. 

El que es manso, modesto, misericordioso y justo, no guarda para sí solo estas virtudes, sino que procura que estas aguas tan hermosas se derramen abundantemente para provecho de los otros hombres. Del mismo modo, el que es limpio de corazón, el pacífico, el que es perseguido por causa de la verdad, dispone también su vida para común utilidad.
No penséis—dice el Señor a sus discípulos—que os lanzo a combates sin importancia, y que os encomiendo negocios de poca monta. No. Vosotros sois la sal de la tierra. 

Entonces, ¿curaron los Apóstoles lo que estaba podrido? De ninguna manera. Lo que el Señor renovaba y a ellos entregaba, lo que El libraba del mal olor de la podredumbre, eso salaban ellos, conservándolo y manteniéndolo en la novedad que del Señor había recibido. Porque librar de la podredumbre de los pecados fue hazaña exclusiva de Cristo; mas hacer que los hombres no volvieran a pecar fue ya obra del celo y del trabajo de sus Apóstoles.

¿Veis cómo poco a poco el Señor les va haciendo ver que son superiores a los profetas? Porque no les llama maestros de sola Palestina, sino de la tierra entera; y no sólo los hace maestros, sino temibles.
Ahí está la maravilla: que los Apóstoles no se hicieron amables a todo el mundo porque adulasen y halagaran a todos, sino escociendo vivamente como la sal.

.... Ésa es precisamente la función de la sal: escocer y molestar a los corrompidos. La maledicencia os seguirá forzosamente, pero no os hará ningún daño, sino que dará testimonio de vuestra firmeza. 

El Señor pasa ahora a otra comparación más alta: vosotros sois la luz del mundo (Mt 5, 14). Nuevamente se nos habla del mundo; no de una sola nación, ni de veinte ciudades, sino de la tierra entera. Se nos habla de una luz inteligible, mucho más preciosa que los rayos del sol, como también la sal había que entenderla espiritualmente. Y pone primero la sal, luego la luz, para que te des cuenta de la utilidad de las palabras enérgicas y el provecho de una enseñanza seria. Ella nos ata fuertemente y no nos permite disolvernos. Ella nos hace abrir los ojos, llevándonos como de la mano a la virtud.(1)

(1)http://www.mercaba.org/TESORO/J_Crisostomo/vida.htm


 ORACIONES DE LOS FIELES:

 Por todos aquellos que andan en tinieblas, para que se sientan llamados por Cristo a través de su Iglesia. OREMOS

Por los jóvenes, para que en el afán de sus tareas sepan distinguir la voz de Dios y acepten su llamada. OREMOS

Por todos nosotros, que un día sentimos la llamada de Cristo, para que sepamos transmitir nuestro gozo a los que viven a nuestro alrededor. OREMOS



sábado, 17 de octubre de 2020

Un carisma de luz!


En la entrevista,  Sandra le pregunta a la fundadora del movimiento de los Focolares:
¿Por qué cree que la siguieron tantas chicas? ¿Conoce la fábula del flautista mágico? Él sonaba la flauta y los niños lo seguían. Y todos estos jóvenes la han seguido como si siguieran su música…

Chiara:
Este carisma, yo hablo mucho de amor pero ha sido un carisma de luz, me hizo ver, me hizo entender desde el principio que habríamos llegado, por decir así, a todo el mundo. Ya desde el inicio le habíamos pedido que se realizara.. porque Jesús tenía… en un momento importante de nuestra vida, al inicio, era la fiesta de Cristo rey, recuerdo, y la Misa decía: “Pídeme y te daré a toda la gente”, me acuerdo que nosotros lo sentíamos ya.. yo les decía a mis compañeras: llegaremos a todo el mundo. Y ahora estamos. Y en aquel momento, juntas, rezamos, para poder ser instrumentos para llevar este espíritu de amor y de luz a todo el mundo.

Yo estaba continuamente bajo la acción de esta luz que me iluminaba acerca de cómo teníamos que actuar, qué hacer, sobre cómo tendría que ser, no se, nuestra manera de trabajar, de rezar, de estudiar, de comunicar, nuestra manera de usar las casas, de vestir… yo tenía siempre luz, al inicio sobre todo, sobre estas cosas, después sobre toda la expansión, en todos los continentes, sobre cómo se tenía que organizar este movimiento, que tenía que ser sobre todo un pueblo, donde las estructuras se mantuvieran escondidas en su interior, pero un pueblo. De hecho el Papa nos llama “pueblo de Dios”. Y todo eso se ha realizado. Pero yo lo preveía ya en los primeros tiempos, yo le decía a mis compañeras en el primer focolar, “existirá un arte nuevo, una política nueva, todo será renovado”, es por esto que no me di cuenta cuando terminó la guerra, porque yo estaba llena de este carisma que derramaba sobre el Movimiento. Nosotros íbamos adelante, literalmente no me di cuenta de que la guerra había terminado. Después me lo dijeron y lo vi.
Y sabe, también ahora, es todo luz. Soy guiada por El, por este carisma que es un don del Espíritu Santo.[1]

Material aportado por la Sra. Gloria Chale







[1] Cara a Cara con Clara Lubich (2002)  Entrevista a cargo de Sandra Hogget.


viernes, 25 de septiembre de 2020

El Icono: un poco de historia

El icono es semejanza, ejemplo y paradigma de Alguien que se muestra a través suyo… 
Ha sido pensado para que lo oculto se hiciese manifiesto.”  San Juan Damasceno


Es muy difícil decir brevemente sobre los Iconos ya que es un tema muy amplio y rico. Me propongo, primero, ubicarlos históricamente porque no podemos considerarlos como pertenecientes a Oriente Cristiano únicamente, aunque sí debemos a Oriente su inspiración y su fidelidad en conservar la Tradición.
Los Iconos son mucho más que una imagen de devoción son imágenes de Culto, y corresponde devolverles su significado y presencia, actualizar su vigencia. Llamativamente Occidente católico está redescubriendo su belleza y comienza a hacerles sitio, pero queda un largo camino por transitar para darles el lugar que les corresponde en nuestros  templos, en la Liturgia, en nuestras  familias.

Para valorar esta herencia conviene conocer su razón de ser que pensamos presentar gradualmente en las sucesivas publicaciones de la Revista, para ampliar nuestra comprensión.


Un poco de historia
Sabemos de la prohibición de las imágenes en el AT (cfr. Ex 20,4). Pero con el Nacimiento de Jesús, Dios no oculta su imagen en su trascendencia indescriptible sino que la revela en su Hijo hecho carne, imagen visible de Dios Invisible. El Señor Jesús le dijo a Felipe: “Quien me ve a mí ve también al Padre” (cfr. Jn. 14,9). La Iglesia concluyó que la prohibición anterior fue necesaria para evitar la idolatría, pero en la Nueva Alianza, para quienes profesan fe en Jesucristo, les está permitido contemplar su Rostro. Actualicemos lo que esto significa para nosotros creyentes como itinerario espiritual a recorrer en la fe!.

Con todo, en los comienzos, las primeras comunidades cristianas tuvieron sus vacilaciones, tal vez influenciados todavía por sus raíces en el judaísmo. A pesar de estas dificultades, la Iglesia primitiva, que con cariño había custodiado las Palabras de Cristo, con lógica y con amor deseaba retener también la imagen de su santa humanidad, el rostro amado de su Esposo Divino, por eso con discernimiento recurrirá al arte, purificándolo y sublimándolo a tal punto que se hiciese apto para transparentar “los espectáculos misteriosos y sobrenaturales”,  tomando expresiones de San Juan Damasceno.

De hecho honraron imágenes que llamaron “ajeiropoietes”, es decir, no pintadas por manos humanas. Las más veneradas fueron las de Abgar y la de Verónica…  son los iconos llamados de la Santa Faz (Mandylion). También se le atribuyó al evangelista Lucas notables cualidades artísticas y haber pintado a la Madre de Dios con el Niño Jesús,  sin El, y en actitud orante.

El primer arte cristiano que conocemos es el de las Catacumbas, con especial relevancia en Roma. Según Evdokimov, este arte es eminente y exclusivamente “significativo”, es decir, expone la doctrina por medio de signos cifrados, conocidos por los cristianos. Su fin es didáctico: proclamar la salvación y expresar sus instrumentos.

En los albores del siglo IV, bajo una nueva forma nunca vista hasta entonces, el arte del icono se deja ver no ya como mero signo, sino como símbolo de la presencia de lo sobrenatural, visión litúrgica del misterio hecho imagen. Es bueno aclarar que el signo  informa e indica (arte catacumbal) mientras que el símbolo remite en comunión de esencia a lo simbolizado, de algún modo presente en él, y es lo propio del arte icónico.

Los historiadores del icono sitúan el origen del icono en la región siro-palestina, cuna del cristianismo. Aunque en sus comienzos se inspiraron en el arte antiguo, en la pintura de los frescos, en las miniaturas y en los bajo-relieves de los sarcófagos, sobre todo bebieron su estilo y su espiritualidad en el ambiente y la cosmovisión de Bizancio. Como arte alcanzó su propio estilo y simbología, para convertirse en arte sacro, teología escrita y narrada a través de las líneas, los colores y la forma.

Durante los primeros siete siglos de la Iglesia, debido a la aparición de diversas herejías cristológicas, la Iglesia se abocó a definir en términos precisos el misterio del Verbo Encarnado, a la par,  los iconos fueron la expresión en imagen de aquella profesión de fe que tenía su fundamente en Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, pero que abarcaba también todas las verdades de nuestro CREDO. Cuando parecían haber terminado las herejías es cuando sorpresivamente estalló una ofensiva contra la Iglesia en torno del Icono. Este período de persecución y destrucción de imágenes, de exilio para algunos, tortura o muerte para otros, especialmente de iconógrafos, abarcó desde el año 726 al 842, con una tregua de 27 años en medio, se la conoce como la guerra iconoclasta la que finalizó con el Concilio de Constantinopla en el que se anatematizó a los iconoclastas y celebró en Santa Sofía un solemne Oficio bajo el nombre de la “Gran fiesta de la ortodoxia”. Era el primer domingo de cuaresma. Se celebra como El triunfo de la Ortodoxia.

“Insensible al realismo evangélico, a lo sacro de la Historia, el Iconoclasmo niega el realismo de la santidad, su capacidad de transfigurar la naturaleza…. Golpeaba a la vez al icono, al estado monástico, al culto de los santos, y a la maternidad divina de la Theotokos… por el contrario, la intransigencia de los defensores del icono, asumiendo incluso el martirio, superó de lejos el elemento didáctico o artístico: en el icono, la Iglesia defendió el fundamento mismo de la fe cristiana”. (Paul Evdokimov)

“La catástrofe que representaba el iconoclasmo exigió el esfuerzo supremo, la tensión de todas las fuerzas de la Iglesia, la sangre de sus mártires y de sus confesores, la experiencia espiritual y la sabiduría de los Padres apologetas, la fe inquebrantable del pueblo, su tierna e inflexible devoción, la firmeza y la audacia de los obispos que permanecieron fieles a la ortodoxia. Fue realmente un esfuerzo de la Iglesia en su conjunto” (Ouspensky).

Las afirmaciones cristológicas de los Concilios anteriores culminaron así en un grandioso Himno Iconosófico y doxológico. “La Iglesia de Cristo resplandece ahora con los sagrados iconos, como una esposa ataviada de joyas”. (I Vísperas del Triunfo de la Ortodoxia)

Se puede decir que también hubo un Iconoclasmo en Occidente marcado por el espíritu de la Reforma, que vació las Iglesias, dejando en ellas sólo la Palabra y un gran vacío. En respuesta, el concilio de Trento precisaría una vez más la doctrina católica de las imágenes y proclamaría la legitimidad y conveniencia de su culto.

Al considerar la fe y el valor de los creyentes en los primeros siglos en la fe, hagamos presente en nuestra oración ante los Sagrados Iconos también a nuestros hermanos que sufren persecución y nos testimonian hoy que sus lámparas están encedidas en el amor a Cristo. El realismo de su santidad actual nos sacuda interiormente y encienda también nuestros corazones. Que la Madre de Dios y los Santos intercedan por todos, ellos y nosotros!!. Amén.

H. Adriana Barone, rbp
http//:angelo-iconos.blogspot.com.ar

Publicado en la Revista Allah Mahabba, edición impresa, Año XVII, N° 49, Agosto 2016.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Una Mujer como los Apóstoles

Junto con María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia a pleno título,  encontramos ya en las páginas del Nuevo Testamento, una gran cantidad de mujeres que bien merecen asociarse a la maternidad espiritual de la Virgen Santa. 

Así en la Iglesia de Jerusalén, encontramos a María Magdalena, la primera testigo de la Resurrección, que  seguramente tuvo un rol de importancia en la Primera Comunidad... (más allá de las conjeturas de algunas actuales versiones novelescas). 

Está María, la madre de Marcos, con la comunidad reunida en su casa (el cenáculo) y con su inquieta servidora Rosa (o Rodé). Están Tabita y Lidia, Evodia y Síntique, Eunice y Loida, María de Roma y Persis. 

Están la diaconisa Febe y también Julia, Olimpia, Trifena, Trifosa, la hermana de Nereo y la mamá de Rufo, de la Comunidad de Roma (ver Umbrales n. 165).
Aquí quisiéramos recordar la  historia de las "Madres de la Iglesia", de los primeros tiempos de la Iglesia, no recordadas en el Nuevo Testamento, pero igualmente reconocidas en la tradición eclesial.
Empezamos recordando la historia de Tecla de Iconio, que tiene el grandioso título de Isoapóstola (Igual a los apóstoles).

Tecla fue seguramente el modelo de cristiana más popular de los primeros tiempos de la Iglesia. Los más destacados "Padres de la Iglesia" se refieren a ella como modelo para las muchachas que quieren entregar su vida a Cristo; así, por ejemplo, Juan Crisóstomo, Ambrosio de Milán, Gregorio de Niza y el mismo Tertuliano…

Durante el año 48, en la ciudad de Iconio, San Pablo predicaba en la   casa de un amigo. 
Enfrente vivía Tecla, hija de Teoclia, una joven de familia rica, prometida en matrimonio a Tamiris.
Tecla quedó extasiada con la predica de Pablo y decidió seguirlo en su   peregrinar. Su prometido denunció a Pablo por hechicero y éste fue encarcelado. 

Ante esta situación, Tecla repartió sus joyas entre los pobres y las utilizó para conseguir la liberación de San Pablo. A partir de este momento,Tecla y Pablo viajan juntos, predicando el Evangelio. Posteriormente la santa siguió sola su misión en Seleucia. Fue perseguida por las autoridades romanas, encarcelada y sometida a terribles tormentos de los que salió incólume.

Los "Actos del martirio" de Tecla incluyen, entre otros, los siguientes tormentos: fue lanzada a un foso con reptiles venenosos, que no la tocaron. Se la ató entre dos bueyes, para despedazarla, y éstos perdieron su fuerza. La colocaron sobre una pira para quemarla viva, pero el fuego se apartó y quemó a sus verdugos. 

Finalmente, fue lanzada a los leones, los cuales lamieron sus heridas y sanó. Esta persecución, que empezó cuando tenía 18 años, la hace "protomártir" de las mujeres. 
Derrotados, sus perseguidores la dejaron en libertad y ella vivó en una cueva, como ermitaña, dedicada a la oración hasta su vejez.

Así, "la protomártir, apóstola y virgen de Dios, vivió otros 72 años", como nos recuerdan los "Actos de Pablo y Tecla", un manuscrito griego de Asia Menor, del siglo II. 

Hay un dato interesante en el relato de la persecución, y es que todas las mujeres de Iconio se pusieron, solidariamente, al lado de Tecla, protestando frente a la autoridad: "¡Perezca la ciudad a causa de esta iniquidad! ¡Mátanos a todas nosotras!; esto es un espectáculo atroz, y tu sentencia,  procónsul, es malvada".

Además de las palabras, las mujeres pasaron a una solidaridad efectiva, tirando sus perfumes y otros objetos personales para distraer a las bestias del circo y logrado su propósito,  alabaron a Dios, gritando: "¡Hay un solo Dios; el Dios que ha salvado a Tecla!".

Ya anciana, y en una nueva agresión, le fueron enviados unos soldados  para ultrajarla. Tecla de Iconio oró para librarse del nuevo tormento y permanecer pura. La cueva se derrumbó, transformándose en su tumba. Después de su muerte, ese lugar se transformó inmediatamente en lugar de peregrinaciones y de gran veneración. 

Otra mujer excepcional del siglo IV, la peregrina Egeria (también ella una de las "Madres de la Iglesia") nos relata que durante su peregrinación encontró en Seleucia el santuario dedicado a Santa Tecla, y animado por la diaconisa Marthana, que dirigía un monasterio de mujeres y hombres. Las dos mujeres ya se habían conocido antes en Jerusalén, y ahora podían abrazarse nuevamente, en este lugar mítico, que Tecla de Iconio con su  coraje y su radicalismo cristiano, había transformado en lugar de memoria  para todas las mujeres cristianas, y para toda la Iglesia.


Autor:Quinto Regazzoni
http://www.chasque.net/umbrales/rev176/30.HTM

martes, 1 de septiembre de 2020

La Biblia: Palabra de Dios

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"Dios mío, abre mi espíritu y dame inteligencia para aprender las verdades de la salvación.

En vano leeré o escucharé la Verdad si Tú no haces que penetre en mi corazón.

Concédeme ardor para buscarla, docilidad para aceptarla y fidelidad para cumplirla."
                                                                             Santo Tomás de Aquino

Acerca de las Sagradas Escrituras, podría decirse que no existe casi, cultura que no haga alguna referencia a las mismas, ni revisión histórica sobre la antigüedad que no recurra a ellas.

A pesar de todo, a veces nos resulta difícil comprender  algunos de sus textos, siendo además, el libro que más se empieza a leer y el que menos se termina de leer.

Los eruditos en estudios bíblicos examinan el contexto histórico del texto bíblico, la atribución de la autoría de cada uno de los libros y el contraste entre la narración bíblica y las evidencias externas.

Los distintos manuscritos bíblicos hacen suponer que no fueron nutridos de una única fuente, así como el volumen grande de los primeros textos (y sus paralelos) los vuelven más fiables y con menos posibilidades,  a través de los años, de haber sido cambiados.

Los libros que comprenden el Antiguo Testamento están escritos en su mayor parte en hebreo bíblico y  algunos en arameo bíblico. El fragmento más antiguo conservado es un pequeño amuleto de plata datado  600 a.C. que contiene una versión de la bendición sacerdotal o bendición aaronita: “Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti…”

Así el Antiguo Testamento prepara y anuncia la Venida del Mesías. Hay en el Antiguo Testamento, muchas profecías mesiánicas, algunas consideradas muy claras y relevantes, como por ejemplo el nacimiento de Jesús en Isaías 7, 14: “Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel”; o en Miqueas 5,2: “Más tú, Belén  Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá´, tú me darás a aquel que debe gobernar Israel, y cuyos orígenes se pierden en el pasado, en épocas antiguas.”

En el Nuevo Testamento, la Palabra de Dios se manifiesta eminentemente en Cristo que invita a los apóstoles a predicar el Evangelio. Esta Buena Noticia, se trata de una revelación progresiva que surge en el Antiguo Testamento de la Biblia, y luego, cuando Dios se hizo hombre en la persona de Jesús, fue completada y perfeccionada por El y registrada en el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento fue escrito originalmente en griego y luego en latín.  La forma canónica de los cuatro evangelios fue propuesto por San Ireneo de Lyon en el año 180. El resto de los otros muchos evangelios existentes fueron considerados “no canónicos” y Atanasio de Alejandría, proporciona en el año 367 una lista de obras que coincide exactamente con lo que pasó a ser el canon del Nuevo Testamento.

Además de los cuatro Evangelios, el N.T. contiene los Hechos de los Apóstoles, las cartas del apóstol Pedro, Pablo, Juan, Santiago, la carta a los Hebreos y el Apocalipsis.

El autor de los Hechos de los Apóstoles es San Lucas, que no fue discípulo directo de Jesucristo. Vivía fuera de Palestina: en Antioquía, pero cuando se convirtió, se interesó no sólo en investigar los acontecimientos sino también en consignarlos por escrito.

Realmente, San Lucas, es una bendición para la Iglesia: es el cronista privilegiado que nos transmite,y sólo él, por ejemplo, la infancia de Jesús.

A él también le debemos la noticia de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés y presenta la figura de San Pedro como el primer Papa de la historia.

La Iglesia, a través del Misterio Pascual, recibe el don de la verdad última sobre la vida del hombre y ha anunciado que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, y que la verdad alcanzada es sólo una etapa hacia aquella Verdad Total que se manifestará: “Ahora vemos como en un espejo, confusamente, después veremos cara a cara. Ahora, conocemos imperfectamente, después conoceremos como Dios nos conoce a cada uno de nosotros.”  1ªCor.13, 12

La Revelación la vemos expresada en obras y en palabras intrínsecamente ligadas.

Las obras de Dios manifiestan y confirman las realidades que las Palabras significan, a su vez las palabras proclaman las obras y explican su Misterio.

Las Sagradas Escrituras nos muestran la admirable condescendencia de Dios hacia nosotros para que vivamos “Su Amor Inefable”, en ella podemos hallar normas de conducta para el camino hacia la santidad, descubrir el inmenso amor de Dios y su plan de salvación.

Lic. Susana Moreno
Catequista

miércoles, 19 de agosto de 2020

Madres del desierto

Con la expresión Madres del desierto o "ammas del desierto" se conoce a las primeras mujeres del cristianismo primitivo que decidieron llevar, en el desierto, una forma de vida ascética, propia de ermitañasanacoretas y monjas, similar a la forma de vida que adoptaron los Padres del Desierto. En los apotegmas que escribieron los padres, hay referencias a las ammas y a los apotegmas que algunas de ellas escribieron. Se sabe que hubo mujeres que practicaron la vida anacorética. Algunas veces tuvieron que hacerlo vestidas como los hombres. Ѕаrа, Sinclética de Alejandría у Теоdоrа, а quіеnеѕ ѕе lеѕ аtrіbuуеn арорhthеgmаtа, no ocultaron su identidad femenina.

La vida de las ammas fue recogida por los autores de la antigüedad cristiana. Uno de estos autores, Paladio de Galacia, explicó en su obra Historia Lausiaca, el significado de la palabra Abba (“padre espiritual”) y Amma (madre espiritual) y en ambos casos significa "lleno del Espíritu Santo". Ahora bien, el término Amma debía sеr арlісаdо а lаѕ muјеrеѕ dе mауоr реrfессіón аѕсétіса.3
Еn rеfеrеnсіа аl mоnасаtо fеmеnіnо Раlаdіо mеnсіоnó еn еl рrólоgо quе dеѕсrіbіríа lаѕ оbrаѕ dе lоѕ vіrtuоѕоѕ аѕсеtаѕ quе vіvіеrоn еn еl dеѕіеrtо у аѕí mіѕmо ехрlісó quе tаmbіén еvосаríа lоѕ rесuеrdоѕ dе muјеrеѕ аnсіаnаѕ у “mаdrеѕ” ејеmрlаrеѕ quе роѕеídаѕ роr lа fuеrzа dе Dіоѕ, luсhаrоn соn еѕрírіtu vаrоnіl. Раlаdіо hіzо аluѕіón а quе еѕtаѕ muјеrеѕ еrаn un ејеmрlо раrа аquеllаѕ оtrаѕ quе quеríаn ѕеguіr еl саmіnо dе lа саѕtіdаd у dе lа іnосеnсіа, у роr еllо rеmаrсó еn lаѕ рrіmеrаѕ еѕtе рrіnсіріо аѕсétісо.
Existen investigaciones basadas en documentación papirológica que refieren al término «Amma»:
Lоѕ раріrоѕ dеmuеѕtrаn quе lа muјеr quе роrtаbа еѕtа dеnоmіnасіón tеníа un саrgо dеntrо dе lа јеrаrquíа mоnáѕtіса, о bіеn а nіvеl аdmіnіѕtrаtіvо, ѕіеndо lа ѕuреrіоrа dе lа іnѕtіtuсіón, о bіеn а nіvеl еѕріrіtuаl, ѕіеndо соnѕіdеrаdа un mоdеlо dе vіdа аѕсétіса. Ѕе trаtаbа рuеѕ dе unа “mаdrе еѕріrіtuаl”. Ἄμμα fuе un еmрlеаdо еn еl аmbіеntе mоnáѕtісо соmо un títulо hоnоrífісо dе rеѕреtо аdmіnіѕtrаtіvо у/о dе аltо grаdо аѕсétісо еquіvаlеntе а lоѕ títulоѕ Ἄπα у Ἄββα quе dеѕіgnаbаn а un hоmbrе соn еѕtаѕ mіѕmаѕ соndісіоnеs.4
María J. Albarrán Martínez

Isabel Pérez de Tudela argumenta que el ideal mariano es un espejo que refleja, para las religiosas, el modelo a imitar. Por ello, desde los primeros siglos del cristianismo algunas mujeres, por su condición de guías espirituales, están entre los padres de la Iglesia. Son las llamadas "madres del desierto".5

martes, 4 de agosto de 2020

Inquietudes de un Sacerdote


Señor, ¿Por qué me has dicho que amase a todos mis hermanos, los  hombres?
Yo estaba Señor tan tranquilo, había organizado mi vida, me encontraba a gusto, solo, yo estaba de acuerdo conmigo mismo.
Al abrigo del viento, la lluvia y el  fango.

Encerrado en mí torre, limpio y puro por siempre yo habría estado.
La soledad, compañera en el rudo   camino, me indicaba otros valores, otras huellas.
Pero en mi fortaleza, Señor, Tú has abierto una grieta.
Tú me has forzado a entreabrir mi puerta….y , como una ráfaga de lluvia en pleno rostro , el grito de los hombres me ha interpelado; y yo ,  incauto de mí, he dejado entreabierto mi puerta.

¡Y ahora Señor qué hago¡
Afuera los hombres me espiaban . Yo no sabía que estuvieran tan cerca.
Apenas entreabrí los vi a todos, con la mano extendida, con el alma extendida, pidiendo como
los más pobres.
Y los primeros entraron a mi casa. Sí , había un poco de sitio
en mi corazón.
Yo los recibí: los curaría ,
los ayudaría.
¡Ah mis ovejitas , mi pequeño    rebaño…..!

Con ello tú quedarías contento de mí, orgulloso servidor digno….Sí todo era razonable. Pero a los otros , Señor yo no los había visto , eran más numerosos , más  miserables , entraron sin llamar
y hubo que apretarse para
hacerles un lugar…

Pero luego siguieron viniendo de todas partes innumerables; y éstos venían cargados con maletas de  injusticias , paquetes de rencor y pecado , baúles de odio y  sufrimiento…

¡Oh , Señor , que absorbentes son!!
Además tienen hambre,
me devoran.
Y ya no sé qué hacer: siguen
empujando la puerta que se abre más y más.
¡Mira Señor mi puerta abierta de par en par
¡No puede más , esto ya no es vida!!!
¿Y mi situación?
¿Y mi tranquilidad?
¡ Y mi libertad?
¿Y yo?
Ah, Señor!!!... yo ni me pertenezco. En mi alma ya no hay un rincón para mí….


   Adaptación. María Inés Dahbar
Catedral San Jorge.  Córdoba.
Fuente. Consejo Nacional de Acción Católica.

Publicado en la Revista Allah Mahabba, Año XVII N° 50, Diciembre 2016.Edición impresa.

sábado, 27 de junio de 2020

El Icono de la Virgen


La iglesia de San Alfonso en el Esquilino[1] es un importante centro de la espiritualidad cristiana, que custodia un antiguo icono, venerado bajo el título de Virgen del Perpetuo Socorro.

Cuenta la tradición que el cuadro fue robado en la isla de Creta por un mercader que lo llevó en barco a Roma en el Siglo XV.  Durante el viaje un fuerte temporal puso en peligro la vida de los pasajeros y gracias a la intervención dela Virgen del Perpetuo Socorro, todos lograron salvarse.  Poco antes de morir, el mercader confió el icono a un amigo, para que lo llevara a una iglesia de Roma. 

Pero el amigo dejó la imagen en su casa, y solo cuando murió, después que la Virgen se le apareció en sueños a su hijita, expresando el deseo de ser llevada a una iglesia ubicada entre las basílicas de Santa María Mayor y San Juan de Letrán, su esposa entregó el icono a la iglesia de San Mateo, de los Padres Agustinos.

Durante tres siglos el icono suscitó la devoción de los fieles de Roma, pero después de la destrucción de la iglesia en 1798 por las tropas de Napoleón fue trasladado primero a la iglesia de San Eusebio y después a la iglesia de Santa María en Postérula, quedando olvidado cerca de 70 años.
Posteriormente Pio IX encargó la difusión de la devoción de la Virgen del Perpetuo Socorro.

MENSAJE DEL ICONO
El cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro es un Icono (del griego, eikon: imagen), por lo tanto no es una simple reproducción de un santo, sino una representación que hace presente en forma espiritual los personajes representados.  Así, rezando delante del Icono, pintado según específicas normas técnicas y teológicas podemos profundizar nuestro conocimiento del misterio de Cristo, de la Virgen y de los ángeles  y entrar en contacto espiritual con ellos.

El Icono del Perpetuo Socorro pertenece al tipo de iconos llamados Virgen de la Pasión y representa a la Virgen con el niño, cortejados por dos Arcángeles que tienen los instrumentos de la Pasión del Señor, mientras que el Niño aparece aferrado a la mano de la madre y del pie, se le suelta una sandalia que deja ver su planta. Las letras griegas, que están en el Icono indican los nombres de las cuatro figuras: Jesucristo, Madre de Dios, Arcángel Gabriel y Arcángel Miguel.

El anónimo artista del Icono del Perpetuo Socorro, parece que quiso representar la angustia de Cristo, que contemplando su futura Pasión, representada en los símbolos de los Arcángeles, pierde, debido al brusco movimiento una sandalia.  Estos elementos de la composición revelan la realidad del sufrimiento de la Pasión de Cristo. Sin embargo, en el cuadro se evidencia también el triunfo de Cristo sobre el sufrimiento y sobre la muerte, como lo muestra el fondo dorado (símbolo de la Resurrección) y la forma como los Arcángeles tienen los instrumentos de la Pasión. En efecto, más que una amenaza de destrucción, los instrumentos aparecen como trofeos de victoria, tomados del Calvario la mañana de Pascua. Se puede afirmar que el misterio principal del Icono es el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

El punto central del cuadro está en el encuentro de la mano de la Madre con las manos del Niño.  La mano derecha de la Madre acoge al Hijo, subrayando así la humanidad de Cristo.
Por otra parte, la realidad de la Encarnación se ve también en el hecho que el Niño muestra la planta del pie y en el aferrarse a la Madre, como buscando el consuelo de María.  La mano de la Virgen, muestra al mismo tiempo al Hijo de Dios, poniendo de relieve la naturaleza divina de Jesús. 

María, por lo tanto, es representada como la Hodigitria [2], es decir, la que nos guía hacia el Redentor, hacia el que es “el Camino, la Verdad y la Vida.” Ella es nuestro Socorro, que intercede por nosotros delante de su Hijo, que ha sacrificado su vida por nosotros en la cruz en el Calvario. La estrella en la frente de la Virgen subraya, precisamente el importante rol que ella tiene en el plan de nuestra salvación como Madre de Dios y de la entera humanidad. Contemplando el Icono del Perpetuo Socorro, así como es, lleno de sugerencias para la meditación, podemos captar el Misterio de Cristo y profundizar nuestra relación con El bajo la guía de la Madre del Redentor.

Material aportado por la Prof. Virginia Massud

Fuente bibliográfica:
Santuario de la Virgen del Perpetuo Socorro en Roma
Icono de la Virgen expuesto en el Santuario
Original griego del siglo XIV

Publicado Revista Allah Mahabba N° 45. Año XV. Marzo 2015. Versión impresa


[1] El Esquilino (lat. Esquiliae o, más tarde, Mons Esquilinus) es una de las siete colinas de la Antigua Roma.

[2] El nombre de Hodigitria se remonta probablemente a una imagen de la Virgen del monasterio "ton dodegon" (la que indica el camino), de Constantinopla, donde fueron atribuidos numerosos milagros al icono original.
Tal vez también quepa buscar el significado de ese nombre en el texto del himno Akatistos: "Que se salude a los hombres que indican el camino a los hombres que caminan por las sombras". Y también, al versículo 6 de Juan, 14, que dice: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida".

sábado, 20 de junio de 2020

El Ecumenismo como obra del Espíritu Santo

La Página católica: http://es.catholic.net nos brinda una definición sobre el término “Ecumenismo”:



“Por Ecumenismo se entiende el movimiento surgido, por la gracia del Espíritu Santo, para restablecer la unidad de todos los cristianos. Participan en él los que invocan al Dios Uno y Trino y confiesan que Jesús es el Señor y Salvador. Casi todos, aunque de distinta manera, aspiran a una Iglesia de Dios única y visible. El Movimiento Ecuménico comenzó oficialmente con el Congreso Misionero de Edimburgo (Escocia) en 1910. Surgió en un ambiente protestante y en un contexto misionero, por la necesidad de presentar un frente unido en los países paganos” 

Realmente hay que reconocer que la “división de los cristianos” en el mundo, es… ¡un escándalo!, para los hombres de buena voluntad, a los que Dios llama a la conversión (cf. Mt 28,19-20; Mc 16,15-18).

Jesucristo, el Verbo Encarnado, en la Última Cena, oró a su Padre por la unidad de los cristianos:

No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.  Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí (Jn 17,20-23).

Sin embargo, los cristianos, por sus intereses personales, por sus caprichos, se dividieron, formando iglesias nacionales o particulares, desprendiéndose de la Iglesia Católica fundada por Jesucristo durante su vida terrena.

“La Iglesia Católica considera la separación de los ortodoxos y los protestantes como una herida profunda infligida a la Iglesia de Cristo. Por lo que al mismo tiempo que las iglesias protestantes, inicia un movimiento a favor de la unidad de los cristianos” 

"Oración por la unidad de los cristianos"

“Padre lleno de bondad, te damos gracias por amarnos tanto hasta darnos a Jesús, tu primogénito; por Él, venimos ante ti a rogarte que en este año Santo nos impulses por medio de tu Espíritu a vivir el valor de la unidad, como verdaderos hijos tuyos.

Señor todopoderoso te pedimos que todos los cristianos encontremos en Jesús el vínculo de unión y amor, que nos haga más hermanos, olvidando las diferencias y así reine la paz y el perdón en toda la humanidad.

Dios eterno, ayúdanos a que en esta celebración del 2000 aniversario de Jesucristo, podamos ofrecerle un mundo mejor para gloria suya.

Que todos seamos uno, como Tú y Cristo son uno. Amén”.



En mi experiencia de doce años de misión en Medio Oriente –Egipto, Palestina y Jordania- he comprobado como los fieles cristianos –católicos y ortodoxos- conviven en armonía unos con otros (cf. Col 2,5). Para ellos, no hay diferencia, se saben todos cristianos, hijos de Dios Padre y hermanos del Verbo Encarnado.

Contraen matrimonios mixtos y tanto el esposo como la esposa (cf. 1º Cor 7,16)  participan de las celebraciones litúrgicas de una u otra iglesia particular.

Los fieles cristianos en Medio Oriente viven la fe en Jesucristo, comprometiéndose con su prójimo, tratándolo como hermano.


Juan Pablo Montes Michnowicz
Nazareno, Misionero Laico

Parroquia católica Melkita del Perpetuo Socorro
Buenos Aires 


Referencias:
(http://es.catholic.net/op/articulos/18729/cat/697/que-es-el-ecumenismo.html#modal).

viernes, 19 de junio de 2020

A pesar de las dificultades, el ecumenismo sigue vivo

Tenemos ante nosotros una tarea que tiene más sentido que nunca: mantener viva la llama de uno de los dones más grandes que el Espíritu Santo ha dado a la Iglesia en los últimos tiempos: la llamada a trabajar por la unidad y a vivir en la unidad de Cristo.


Así, con la mirada puesta en el futuro, debemos acordar unas líneas de acción encaminadas a recuperar el diálogo.
Entre ellas,  destacar, poniendo de relieve, las coincidencias. Quedó a la vista de todos que:
  • los cristianos defendemos la vida, en las marchas provida, 
  • a través del trabajo social con los más necesitados, 
  • en la caridad,
  • manteniendo viva la vocación ecuménica; 
  • cuidando a través de la formación, la preparación de las generaciones venideras 
  • insistiendo en todo tiempo en la  fuerza y el poder de la oración.
A pesar de las dificultades, el ecumenismo sigue vivo mientras en el corazón de cada cristiano siga vivo el Cristo de la Amistad, el Cristo del AMOR.

Los Santos como testigos, nos preceden y proyectan sobre nosotros la luz de la vida nueva y la plenitud de unidad de Cristo, ellos vivieron, caminaron y predicaron a todos, como dice la Santa Biblia, sin distinción de origen, etnia o credo.

Nuestro Papa es muy claro cuando dice : “La unidad de los cristianos no implica un ecumenismo de ‘marcha atrás’ en virtud del cual se deba renegar de la propia historia de fe”

El Santo Padre recordó los diferentes encuentros ecuménicos a los que asistió, tanto en Roma como fuera de Italia y afirmó que “cada una de estas reuniones ha sido una fuente de consuelo al constatar que el deseo de comunión permanece vivo con intensidad”.
“La unidad de los cristianos es un requisito esencial de nuestra fe" –subrayó Francisco–. Un requisito que fluye desde el fondo de nuestro ser como creyentes en Jesucristo. 


"Llamamos a la unidad porque invocamos a Cristo. Queremos vivir la unidad porque queremos seguir a Cristo, vivir su amor, gozar del misterio de su unidad con el Padre, que es la esencia del amor divino”.

El Obispo de Roma recordó el carácter divino del camino ecuménico, ya que “la unidad no es el resultado de nuestros esfuerzos humanos, o el producto de la diplomacia eclesiástica, sino que es un don del cielo”

Según explicó, “no somos capaces de llegar a la unidad por nosotros mismos, ni tampoco podemos decidir sobre la forma y los tiempos” en que se producirá dicha unidad.

¿Cuál es, por lo tanto, nuestro rol? –se preguntó–. 
¿Qué es lo que debemos hacer para promover la unidad de los cristianos? 
"Nuestra tarea consiste en acoger nuestro don y hacerlo visible a todos”.
“Desde este punto de vista –continuó–, la unidad, es un camino con sus retrasos y sus aceleraciones, e incluso con sus pausas. La unidad, como todo camino, requiere paciencia, tenacidad, esfuerzo y compromiso. No elimina los conflictos ni los contrastes, de hecho, muchas veces puede dar lugar a nuevos malentendidos”.

“Debemos proseguir: no con el ímpetu de correr adelante para ganar metas deseadas, sino caminando juntos con paciencia, bajo la mirada de Dios”

¿Que podemos agregar , cuando nuestro Pastor es tan claro?. 
Solo queda poner en practica un espíritu de comunión fraterna . 

Con la ayuda de Dios esperamos un futuro orientado a la superación plena de las divergencias en camino a una concreta y visible unidad.

El Espíritu de amor nos empuja por los senderos de la caridad. Como cristianos, católicos o no, estamos llamados sobre todo a amarnos intensamente, con verdadero corazón, los unos a los otros. Asimismo, estamos llamados a aliviar juntos las miserias de los necesitados, a aliviar los sufrimientos de tantos hermanos oprimidos a causa de la fe en Jesús, que nos invitan a alcanzar una siempre más concreta y visible unidad entre nosotros.

No nos olvidemos de la oración, para que no sean los proyectos humanos los que indiquen el camino  sino el Espíritu Santo: Sólo Él abre la vía e ilumina los pasos por realizar. 

Caminando juntos con paciencia, invitar a muchos hermanos y hermanas en la fe, creciendo como comunidad de discípulos que oran, aman y anuncian, que se profundiza, conociendo y amando juntos al Señor Jesucristo.

Sonia Attara 
Catequista
Parroquia Católica San Jorge
Rosario