sábado, 30 de julio de 2016

El Congreso Mundial de la Juventud: Francisco en Cracovia.

“La humanidad entera tiene una necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a andar a contracorriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo su propia fe en Dios, Señor y Salvador”. (San Juan Pablo II).
El Santo Padre compartió un momento de oración y diálogo en la Casa Santa Marta con 40 jóvenes de varias parroquias de Buenos Aires: Nuestra Señora de las Nieves, San Pedro Apóstol, Jesús Sacramentado, San Isidro Labrador, Nuestra Señora de Luján de los Patriotas, Nuestra Señora del Valle y de la casa pastoral juvenil diocesana.


Al entrar al salón, el Papa Francisco invitó a los jóvenes a sentarse en el piso y a compartir unos mates, la clásica bebida caliente que toman los argentinos.
El encuentro duró unos 40 minutos en los que el Papa respondió preguntas de los jóvenes y charló con ellos.
“Nos recibió como si fuéramos a tomar mate, uno más de la casa. Nos sentamos en el piso. Fue siempre muy simple, muy sencillo, dispuesto a escucharnos, como uno más”, contó a AICA Ileano Glusko, de la parroquia Nuestra Señora del Valle, quien destacó “la sencillez, la humildad y la predisposición” del Santo Padre.
Los jóvenes le preguntaron sobre cómo descubrir a Dios en la vida cotidiana, cómo jugarse por la vocación, cómo superar la crisis de fe, y Francisco habló sobre la vida sacerdotal y religiosa.
“El Papa es muy contundente, expresivo, nos habló mirándonos a los ojos diciendo cosas que nos interpelaron mucho. Habló de la juventud, de las vocaciones, de las maneras y formas de ser cristiano”
El Pontífice, dijo, “nos habló con ese ejemplo y esa actitud de un Dios muy cercano, que nos acompaña cotidianamente y no es inalcanzable”.

Francisco afirma que en la familia “se encuentra la figura y la presencia de la mamá, y así lo dice en estas páginas la Madre Teresa: ‘las madres son el corazón de la casa y son ellas quienes forman a la familia, aceptando, amando y cuidando amorosamente a sus hijos. (De hecho) muchos de los sufrimientos de los jóvenes son causados por la vida familiar. (…) Es la madre quien hace de la casa un nido de amor. A veces ser madre puede ser una experiencia verdaderamente ardua, puede ser una cruz, pero tenemos con nosotros a la Virgen, la mejor de las madres, que siempre nos enseña a ser tiernas con nuestros hijos’”.
En la familia, prosigue el Papa, “de hecho, aprendemos de mamá y papá a sonreír, a perdonarnos, a acogernos, sacrificarnos unos por otros, a darnos sin pedir nada a cambio, a rezar y sufrir juntos, a alegrarnos y ayudarnos recíprocamente”.

Francisco resalta luego que “en ninguna otra situación de vida es posible vivir todo lo que se vive en una familia. Y la Madre Teresa, en una de las respuestas de los encuentros presentados en este libro, nos dice: ‘ustedes deben convertirse cada vez más en la alegría y el consuelo de Dios, alentando la oración en sus familias. La familia tiene necesidad de amor, comunión y arduo trabajo. Y este será el don más grande que pueden ofrecer a la Iglesia’”.

La “misericordia” será el tema sobre el que se centra toda la JMJ, en ocasión del Jubileo de la Misericordia que se celebra en la Iglesia universal hasta el próximo mes de noviembre.

En todos los grandes eventos de la JMJ, el Evangelio será proclamado en polaco y en paleoslavo, la lengua usada en la liturgia greco-católica.

Durante la vigilia de oración del Papa Francisco con los jóvenes el día 30 de julio se escucharán los testimonios de un sirio, un paraguayo y un polaco.

No olvidemos en nuestras oraciones, en nuestras Parroquias y en las Instituciones de nuestros jóvenes.


Fuente: es.catholic.net/