viernes, 29 de mayo de 2015

Prologo de la Revista Allah Mahabba. Año XV. N° 45

              Estimados lectores:

             Tal vez, les llega, amados  lectores, ésta Revista, pasada La Gran Celebración Pascual, pero en este  momento que escribimos éstas líneas, nos sentimos llenos de esperanza y de fe, de que, todos los sufrimientos, padecimientos, torturas; muerte y  sepultura, de nuestro Redentor y luego su Gloriosa Resurrección, están dando Fruto Abundante en nuestro mundo de ayer y de hoy, a pesar de los acontecimientos, dolorosos que padece la humanidad.

Por experiencia, ya sabemos que el Señor acompaña, a los  piadosos fieles, en las buenas y en las malas…porque Él es el Sostén, de sus creaturas, que esperan siempre en el Señor. Lo más patente, se nos presenta en la vida de tantos Santos, que supieron llevar, a veces, las cargas más enormes que puede soportar un ser humano.
Sin embargo, los ojos puestos en el Resucitado, el auxilio y el socorro no tardó en colmar sus almas.
No me puedo alejar de la realidad, que vivimos hoy día, donde muchos cristianos, en Siria, en Irak, en     Egipto, en Líbano, enfrentan la aniquilación más atroz por conservar, su fe cristiana, rechazando la violencia de esos fundamentalistas que se caracterizan por una violencia inaudita, que creíamos que ya habíamos dejado atrás hace siglos y no volveríamos más a esta crueldad,  estando en pleno siglo XXI.

Como olvidarnos estando a pocos días, de celebrar a nuestro   megalo mártir San Jorge, que siendo joven, y abierto a la vida con tantas posibilidades, despreciando todas las promesas que le hiciera el emperador, no quiso claudicar en absoluto, en los más mínimo, en la defensa férrea de sus hermanos en la fe: los cristianos, ofrendando su propia vida.

El, se constituye, para todos nosotros, en un gran ejemplo, que debe tocar la conciencia de los      devotos, a éste gran Santo, especialmente las comunidades nuestras de Córdoba y Rosario, anhelando que se exprese en ambas comunidades al mejor estilo en la devoción y en    imitar su ejemplo.
También es propicio  mencionar, que en Agosto venidero, será declarada Santa, nuestra querida       paisana: Sor María de Jesús Crucificado, que  fue melkita,   oriunda de Palestina, quién sufrió  horrores a mano de fanáticos  islamistas en   Egipto. Ella había   integrado la comunidad de las       carmelitas, dejando éste mundo   siendo muy joven: 32 años, con tanta abnegación, entrega que practicó en su vida. Después la lista, será  interminable, si cedemos “a la   tentación” de enumerar tantos   santos del pasado y de nuestros días en los países de Oriente Medio.

Vista la situación más que dramática que se vive…. quisiera  someter a su consideración y         sensibilidad una   propuesta que tan deseable sería por el patriarcado y los cristianos de ésta zona del mundo tan afectados, en efectivizar, una colaboración real para con ellos, ya que participaré en el Santo Sínodo Grecomelkita, en el mes de junio en Líbano. De este modo tendremos la posibilidad de hacer  llegar directamente a los sufrientes que viven éste estado de prolongada beligerancia impuesta.

Además de no perder de vista la ayuda celestial,  podemos brindar, a través de la oración, tan eficaz...nuestra espiritual cercanía expresándola a nuestros hermanos, en sentidas plegarias elevadas al Dador de Todo Bien.
  
Mons Ibrahim Salameh Karam
Exarca Apostólico

sábado, 16 de mayo de 2015

Canonización de beatas de Tierra Santa también alegrará a Palestina.

Beatas palestinas María de Jesús Crucificado y María Alfonsina Danil Ghattas / Foto: Patriarcado Latino


ROMA, 04 Mar. 15 / 02:16 am (ACI/EWTN Noticias).- El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, espera que la canonización el próximo 17 de mayo de dos beatas de Tierra Santa, María Bwardy de Jesús Crucificado y María Alfonsina Ghattas, den alegría al pueblo palestino.
María Bwardy de Jesús Crucificado, de la Orden de las Carmelitas descalzas y María Alfonsina Ghattas, fundadora de la Congregación de las Hermanas del Rosario de Jerusalén, vivieron en la segunda mitad del siglo XIX y fueron ejemplos de santidad durante toda su vida, parte de la cual transcurrieron en Palestina.
El anuncio de su canonización llegó el pasado 14 de febrero, durante el Consistorio Ordinario Público en el Vaticano, donde el Papa Francisco dijo que las dos religiosas serán canonizadas en una ceremonia conjunta junto a Sor Giovanna Emilia de Villeneuve, una religiosa francesa fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres.
Al ser preguntado por ACI Prensa en Roma sobre estas Beatas, el Cardenal Amato dijo que “la santidad no se acaba nunca. La santidad anima, especialmente a un pueblo como el palestino, que tiene necesidad de estos ejemplos positivos que hacen mucho bien”.
La autoridad vaticana hizo estas declaraciones al finalizar un encuentro organizado el pasado 27 de febrero por la Librería Editora Vaticana en Roma para hablar sobre el tema “¿Para qué sirven los santos?”.
Sor María Bwardy de Jesús Crucificado
María de Jesús nació en el pueblo galileo de Ibillin. La religiosa carmelita fue fundadora del Carmelo de Belén, en Palestina, donde todavía es posible visitar su habitación.
En su vida recibió la gracia de los estigmas, y fue considerada una figura mística por experimentar numerosos sueños en los que entró en relación con Jesús.
En su beatificación en 1983, San Juan Pablo II dijo de ella que reflejó los diferentes rostros de la Iglesia greco-católica en la que fue bautizada y creció, y la Iglesia Latina (de Roma), donde se preparó para la vida carmelitana.
Además se unió a las comunidades cristianas en el Líbano, Egipto, Francia y la India, y fue una de las pocas santas que recibieron gracias de alto valor, enriquecidas con abundantes estigmas, éxtasis, conocimiento de los corazones, profecías, posesión angelical y, lo más inesperado para una joven analfabeta, el don de la poesía.
Hermana María Alfonsina Ghattas
Por su parte, la hermana M. Alfonsina nació en Ein Karem, Jerusalén, y fue co-fundadora de la Congregación de las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario de Jerusalén, dedicadas a ayudar a las personas de edad avanzada, niños, familias pobres, así como a luchar contra la pobreza moral, dando a cada individuo, a través de la cultura y la educación, los medios para desarrollar la fe y la dignidad.
En su beatificación en 2009, el Patriarca de Jerusalén dijo que “la Madre Ghattas nació en una familia muy piadosa en Jerusalén, donde trabajaban y oraban en familia”.
La religiosa sintió que el Señor la llamó a abrazar la vida religiosa y se unió a la Congregación de las Hermanas de San José de la Aparición. Después de la primera profesión, la madre superiora le confió la misión de la enseñanza del Catecismo en la escuela de las Hermanas de Belén.
Sor María Alfonsina era un catequista incomparable, una humilde educadora, y una apóstol incansable. Tuvo la gracia de vivir visiones repetidas de Nuestra Señora, quién la instó a establecer para las niñas de su país una congregación que llevaría el nombre de Hermanas del Rosario.
Desde su propia familia, vivió una piedad profunda, una fuerte fe en la Providencia y una completa confianza en la Virgen María. Aunque sobresalió en dos virtudes especiales: por un lado el amor por el silencio y la vida retirada, y por el otro el amor a la cruz y el sacrificio por el otro.
Fuente: http://amigosdeirak.verboencarnado.net/2015/03/05/canonizacion-de-beatas-de-tierra-santa-tambien-alegrara-palestina-dice-cardenal/
Publicado Revista Allah Mahabba N° 45 .Marzo 2015