jueves, 30 de abril de 2020

Acerca de nuestro rito y de nuestra misión como catolicos orientales en Argentina

Las Iglesias orientales católicas son supervisadas por la Congregación para las Iglesias Orientales o Congregatio pro Ecclesiis Orientalibus en latín. Ésta fue creada en 1862 por el papa Pío IX, inicialmente como parte de la Congregación para la Propagación de la Fe, que supervisaba la actividad misionera, aunque se convirtió en congregación independiente en 1917.



Ordinariato para los fieles de ritos orientales
Datos históricos
El 17 de mayo de 1859 el Papa Pío IX erigió el Ordinariato Oriental de la República Argentina, para la atención pastoral de los fieles católicos de ritos orientales, desprovistos de Ordinario propio. En la Argentina hay 6 comunidades de católicos orientales: ucranios, armenios, maronitas, melquitas, rusos y rumanos. Las cuatro primeras cuentan hoy con Ordinario propio, de manera que el Ordinariato Oriental atiende a la pastoral de los fieles católicos rusos y rumanos, comunidades que carecen de Ordinario propio, aunque todas están en comunión con el ORDINARIO: Su Emcia Revma. Cardenal Mario Aurelio Poli[1]
Las Iglesias Orientales Católicas
El Concilio Vaticano II miró atentamente a las Iglesias orientales católicas, y ofreció juicios de valor sobre el sentido y misión que tales Iglesias tienen respecto de la futura unión de las Iglesias de Oriente y Occidente.
En general, puede afirmarse que hoy, en medio de cada comunidad ortodoxa oriental vive otra comunidad oriental que reencontró la unidad con Roma. Regularmente son comunidades reducidas frente a la comunidad ortodoxa respectiva, aunque se dan casos de Iglesias orientales católicas con más fieles que las Iglesias hermanas ortodoxas. Un caso excepcional es la Iglesia Maronita, que no tiene una correspondiente comunidad ortodoxa hermana, ya que la Iglesia Maronita es solamente católica. Las siguientes son las 21 Iglesias orientales "sui iuris" según la Iglesia-madre, o rito, de origen:
I. De tradición o rito alejandrino:
1. Iglesia católica copta o egipcia (patriarcal)
2. Iglesia católica etíope
II. De tradición o rito antioqueño:
3. Iglesia católica siria (patriarcal)
4. Iglesia católica maronita (patriarcal)
5. Iglesia católica malankar

III. De tradición o rito constantinopolitano o bizantino:
6. Iglesia católica melquita o greco-melquita (patriarcal)
7. Iglesia católica ucrania
8. Iglesia católica albanesa
9. Iglesia católica bielorrusa
10. Iglesia católica búlgara
11. Iglesia católica griega
12. Iglesia católica húngara
13. Iglesia católica ítalo-albanesa
14. Iglesia católica rumana
15. Iglesia católica rusa
16. Iglesia católica rutena
17. Iglesia católica eslovaca
18. Iglesia de los católicos bizantinos de la ex-Yugoslavia
IV. De tradición o rito armenio:
19. Iglesia católica armenia (patriarcal)
V. De tradición o rito caldeo:
20. Iglesia católica caldea o sirio-oriental (patriarcal)
21. Iglesia católica malabar o sirio-malabar

Nos circunscribiremos ahora a la MISIÓN CATÓLICA MELQUITA, de la que formamos parte:
Los Melquitas en la Argentina
Los fieles melquitas empezaron a llegar a la Argentina a fines del siglo XIX. La primera emigración masiva tuvo lugar de 1910 a 1930. La segunda, después de la segunda guerra mundial, en 1949-1950. La mayor parte eran ciudadanos libaneses y sirios. Había también unas pocas familias palestinas y poquísimas egipcias y jordanas.
No hay estadística oficial del número de melquitas. Se estima en 1.700.000, de los cuales unos 450.000 son melquitas católicos. Están concentrados en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero y Mendoza. Las ciudades que más agrupan a los fieles melquitas son Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
Parroquias y centros
Parroquia Católica San Jorge. Rosario

San Jorge (melquita-católica). Moreno 1020, 2000 ROSARIO, Santa Fe, tel: (0341) 4408982






















San Jorge (centro melkita, sirio-libanés). Corrientes 276, 5000 CÓRDOBA, tel: (0351) 210625

Catedral San Jorge. Córdoba

Y, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (greco-melquita). Av. Raúl Scalabrini Ortíz 1356, 1414 BUENOS AIRES, tel: (011) 4832-3490.


¡Cuánto más significativo se vuelve para nosotros, como orientales, el mensaje que encierra el lema epicospal de nuestro Cardenal!
……Así explicó Poli la elección de su lema:
Precisamente elegí por lema de mi episcopado una súplica, la que elevó Salomón y tanto agradó a Dios: «Concédeme, Señor, un corazón que escuche...» (1 Reyes 3:9). Creo que la Iglesia es la primera en tomar esta actitud, porque la historia de la Iglesia –que no es otra cosa que la historia de la evangelización–, en páginas hermosas me ha enseñado que nunca la Iglesia es más ella misma, sino cuando escucha a su Señor, y espejándose en su voluntad salvífica, se anima con audacia martirial a la evangelización, se hace más libre y fiel a su naturaleza y misión. Sí, me guía el ejemplo de san Pedro a quien hoy escuchamos decir: «Señor, a quién vamos a ir, si Tú tienes palabras de vida eterna» (Juan 6:69).5
Mario Poli
Para finalizar, el presente artículo, agregaré una reflexión de San Juan Pablo II acerca de la plenitud de la Iglesia católica:

El Papa nunca ha dejado de proclamar que hay una única Iglesia verdadera que encontramos con su esplendor completo en la Iglesia católica: en ella se conserva toda la revelación y podemos recibir toda la gracia divina. Pero también los miembros de las otras Iglesias cristianas comparten (grandes) verdades de nuestra fe y están santificados por la gracia de Dios. Han entrado -por al bautismo- también en la "casa de Cristo". Esta doble realidad la expresa el Concilio Vaticano II cuando afirma solemnemente que la única Iglesia de Cristo "subsiste en la Iglesia católica": está realizada en su plenitud en ésa y en parte también en las otras comunidades cristianas, en las que se encuentran importantes elementos de verdad y bondad, porque -según una expresión de Pío XI- "las partes desprendidas de una roca aurífera son también auríferas." 

Lic. Susana Moreno
Catequista





[1] El 4 de mayo el papa Francisco lo nombró Ordinario para los fieles católicos de ritos orientales residentes en la Argentina y que se encuentran desprovistos de Ordinario de su propio rito.