lunes, 22 de junio de 2015

Reconciliarse es.....

Deponer las diferencias.
Acordar los ánimos desunidos con madura reflexión.
Armonizar  logrando una feliz combinación de elementos diferentes.
Unir dos o más alineaciones u opiniones diferentes.
Convenir una posición con otra.
Moderar, templar, corregir, arreglar.
Compaginar, restaurar, restablecer, curar.
Ordenar, reparando lo desordenado, descompuesto o interacciones diferentes.
Conciliar y componer lo compatible.
Poner en paz a los enemistados.
Esta tarea de reconciliación urge hoy en el mundo en que vivimos. Entre los miembros de la familia, entre las diferentes generaciones, en la actividad escolar , en los clubes deportivos y sociales , en los partidos políticos , entre gobernantes y gobernados , entre los miembros de un mismo `pueblo , entre las Naciones , entre las diferentes etnias y las diversas religiones entre las diferentes líneas de pensamiento.
Reconciliación entre los que conviven y comparten lo cotidiano. Reconciliación con el Creador.
Eta tarea empieza por nosotros: reconciliación con nosotros mismos y con los demás, es todo un programa de vida.
Aceptación de nuestra realidad, de nuestros talentos, de nuestros defectos, de nuestras limitaciones: físicas, intelectuales, espirituales, morales y sociales. Revirtiendo lo negativo y potenciando lo bueno.
Esto supone recogerse  a lo más profundo de uno mismo con rectitud y lealtad.
Aceptación de realidades de los demás procurando descubrir lo positivo de los otros, valorando los esfuerzos ajenos, apreciando la parecido a la verdad que hay en sus acciones.
Asumir que en esta hora de nuestra Patria de la Iglesia y del mundo nos toca hacer nuestro aporte personal.
Todo esto desde la reflexión desde una reconciliación con el mismo Dios.
Además de agentes de reconciliación los hombres de hoy necesitan mensajeros de esperanza.
La esperanza constituye, junto con la fe y la Caridad el fundamento esencial de la vida cristiana ( 1 Corintios , 13).

María Inés Dahbar

Publicado en la Revista Allah Mahabba. Año XV N° 45. Marzo 2015. Edición Impresa

jueves, 18 de junio de 2015

Un Año Santo de la Misericordia ¿Qué significa?

       
   
El sorpresivo anuncio del Papa Francisco de la realización de un Año Santo de la Misericordia ha llevado a los católicos a profundizar en el significado del  acontecimiento, el cual para    algunos  puede resumirse en que el Santo Padre quiere que todos sepan cuánto los ama Dios.

El 13 de marzo, el Papa Francisco anunció en la Basílica de San Pedro la celebración de un Jubileo     Extraordinario de la Misericordia, que comenzará a  finales de este año en la solemnidad de la Inmaculada  Concepción, 8 de diciembre, y terminará en la solemnidad de Cristo Rey, el 20 de noviembre de 2016.

La Orden sacerdotal de los Padres de la Misericordia, que se describe como "de predicación misionera itinerante", manifestó su particular alegría por esta decisión. "Vemos de   primera mano la realidad y belleza de la conversión, la misericordia de Dios en acción", dijo el P. Wade a ACI Prensa.


"La misericordia es quien Dios es. Es el segundo nombre del amor", dijo por su parte el P. Menezes, para quien la conversión es su "expresión más concreta", citando la encíclica papal de San Juan Pablo II Dives in Misericordia (1980) sobre la misericordia divina.

"Dios está más interesado en nuestro  futuro que en nuestro pasado", explicó el sacerdote, ya que Él toma el pecado   pasado "en serio" pero nunca "como la última palabra" porque "quiere que cada uno de nosotros se convierta en la 'mejor versión' de nosotros mismos, el cual Él espera para cada uno de nosotros, de  manera personal, en su eterna y divina mente, y esto requiere conversión".

Esto es exactamente lo que el Papa   Francisco tiene en mente al anunciar el Año de la Misericordia, dijo Kathryn Jean Lopez, directora fundadora de Voces Católicas en Estados Unidos.

"En nuestras ocupadas, frenéticas y algunas veces bifurcadas vidas, a menudo no encontramos el tiempo para el silencio de un examen de conciencia.

Este Papa es un director  espiritual jesuita para el mundo que nos impulsa a ver lo mucho que Dios nos ama, reorientando nuestros corazones hacia el Suyo", dijo López a ACI Prensa.

En lugar de proponer algo radicalmente nuevo, señaló López, el Papa Francisco continúa la devoción a la misericordia de sus predecesores San Juan Pablo II y el Papa Emérito Benedicto XVI.

"El Papa Juan Pablo II amaba la Divina Misericordia, el Papa Benedicto lo llamaría el apóstol de la Divina  Misericordia. Benedicto XVI también diría que la Divina Misericordia es el nombre de Dios mismo", dijo.

"Los católicos hacen el trabajo de educar, atender al moribundo, cuidar al enfermo, alimentar al hambriento,  visitar al encarcelado, acompañar al que está solo. 

Este es el encuentro del cual habla el Papa Francisco", dijo López, al recordar luego las obras de misericordia corporales.

"Un mensaje de misericordia lleva a las personas a la puerta para encontrar libremente el corazón de Cristo en la   vida sacramental de la  Iglesia", añadió López.

Según el sitio web del Vaticano, el año jubilar tiene sus raíces en la ley monástica cuando cada cincuentavo año se hacía sagrado para el pueblo judío. Las deudas eran perdonadas, los esclavos liberados y las tierras volvían a sus "dueños originales".

Los jubileos ordinarios ocurren cada 25 o 50 años mientras que los jubileos extraordinarios se convocan por alguna ocasión trascendental.

Dos jubileos extraordinarios  fueron convocados en el siglo 20: en 1933 para conmemorar el aniversario número 1900 de la redención de Cristo en el año 33; y 1983 en su aniversario número 1950.

El año jubilar es un "año santo" marcado por actos de fe, caridad y "comunión  fraterna", se señala en la  página web del Vaticano.

"Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar consuelo a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo", dijo el Papa Francisco después anunciar el año jubilar.

"A partir de este momento, encomendamos este Año Santo a la Madre de la Misericordia para que dirija a nosotros su mirada y vele en nuestro camino", concluyó el Papa.


https://www.aciprensa.com/noticias/
Publicado en la Revista Allah Mahabba. Ano XV N° 45. Edición Impresa, Marzo 2015.






domingo, 14 de junio de 2015

De los campos de evangelización para los laicos católicos: ¿Cuál te falta?


Scott Hahn es un teólogo popular y muy leído en inglés yespañol por su lenguaje sencillo y estilo ameno. Fue un pastor presbiteriano, gran conocedor de la Biblia, especialmente interesado en el libro de Apocalipsis y en el concepto de "alianza" entre Dios y los hombres.

Su investigación bíblica e histórica le llevaron a él y a su esposa Kimberly al catolicismo. Escribieron su testimonio en el popular libro Roma dulce hogar, que ha tenido cientos de miles de lectores (20 ediciones en español) y ha influido en cientos, si no miles, de conversiones de        protestantes al catolicismo.

Hoy es profesor en la Universidad Franciscana de Steubenville (www.franciscan.edu), considerada como: "la universidad más católica del   mundo".


En su último libro La evangelización de los católicos, Editorial Palabra,  Scott Hahn analiza cómo evangelizan los católicos (por lo general, evangelizan poco y mal) y cómo deberían ser todos evangelizadores.

Explora además, campos de evangelización en el que los laicos y familias católicas deben implicarse y donde darán fruto.


El campo principal de evangelización: la familia cristiana
Compartir la fe con el cónyuge, tener hijos y transmitirles la fe, contagiar la fe alrededor de la  familia a los parientes, es el   principal campo evangelizador de los laicos, explica Hahn. 
  •  La amistad es alabada en la Biblia y es "una forma de vida compartida, como la familia". 

  • La amistad implica invitar a participar en actividades  familiares: "cumpleaños, películas, celebración de festividades y el rosario vespertino". Implica advertir a los amigos de sus   equivocaciones... y escuchar a los amigoscuando nos advierten y corrigen.
  • Implica ayudar a un amigo a    llegar a fin de mes. Implica hablar de Cristo a los amigos, especialmente a los alejados: dejarles   libros evangelizadores, invitarles a encuentros espirituales, quizá a misa, a retiros... "Un ´vamos a rezar una oración cortita por eso ahora mismo´, en el momento preciso, suscita a menudo, reacciones sorprendentes: lágrimas, alegría, paz y agradecimiento. No hay que aporrear a los  amigos con la Biblia en la  cabeza: "el cariño y la lealtad son, a menudo, el testimonio más    eficaz".
  • Los horarios, la forma de las   viviendas, etc... todo apoya el  individualismo. Aún así, los    vecinos existen: hay que sonreirles cuando te los encuentras, ser amables y corteses, dejar que vean a nuestros hijos... Quizá en su mundo nadie más les sonríe, nadie les trata con amabilidad ni hay niños en su entorno. Así, la familia cristiana empieza a    evangelizar al vecino. 
  •  "La parroquia es donde nos   alimentamos y donde ayudamos a alimentar a otros, no es una     gasolinera donde llenamos el   depósito sacramental y nos      olvidamos hasta la semana que viene". La parroquia es evangelizadora y necesita de los dones de los parroquianos. "Usémoslos, pues: como voluntarios para organizar la despensa de la parroquia, cantar en el coro de la iglesia, entrenar al equipo de fútbol del colegio de la parroquia, visitar a los enfermos que no pueden salir de casa, formar parte del consejo financiero de la parroquia, encargarnos de la hora santa semanal o simplemente llegar a la parroquia veinte minutos antes de misa para rezar el rosario con otros". 
  • "Los católicos tenemos ahora más herramientas que nunca para  contar nuestra historia y proclamar el Evangelio, lo que hace que nuestra presencia ahí sea esencial", explica Scott Hahn. "No todos estamos llamados a escribir un blog o presentar un programa de radio, pero utilizando nuestras cuentas de Facebook o Twitter para dar testimonio de la fe contribuimos a la nueva evangelización", sugiere. También pide apoyar las iniciativas de prensa católica en papel, TV,   radio o Internet.

  • Scott Hahn enumera movimientos que "han ayudado a millones de católicos" y, menciona a   los Focolares, Comunión y Liberación, Camino neocatecumenal, Milicia de la Inmaculada, Apostolado para la Consagración de la Familia y la Legión de    María, añadiendo que hay muchos más. Recuerda las palabras de Juan Pablo II que los llama "la respuesta suscitada por el Espíritu Santo a este dramático desafío". Hahn cree que los laicos, al colaborar con estos movimientos, confirmarán que es cierto lo que decía Juan Pablo II y son una respuesta del Espíritu.
Scott Hahn finaliza así su repaso a los ámbitos evangelizadores del católico laico: "Hay escasez de católicos dispuestos a vivir su fe con fidelidad radical, con audacia y de manera atractiva, en los  múltiples campos de la nueva evangelización.
I. Cristo a través de su Iglesia nos llama a ti y a mí a cambiar eso.
II.  Nos llama a dedicar nuestras  vidas a la tarea de sembrar semillas para Él".

Autor: Scott Hahn 1
La evangelización de los católicos


Publicado en la Revista Allah Mahabba. Año XV N° 45, Marzo 2015. Edición impresa.

 1 Scott Hahn es un escritor, teólogo y apologista católico converso estadounidense. Entre sus obras se incluyen Rome Sweet Home y The Lamb's Supper: The Mass as Heaven on Earth. Actualmente es profesor en la Universidad Franciscana de Steubenville. Wikipedia
Fecha de nacimiento: 28 de octubre de 1957 (edad 57), Pensilvania, Estados Unidos
Libros: La cena del Cordero, Roma Dulce Hogar, Lo primero es el amor: descubre tu familia en la Iglesia y en la Trinidad
Educación: Gordon–Conwell Theological Seminary, Universidad Marquette, Grove City College



jueves, 4 de junio de 2015

No hay años malos

Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos.
Hay años de fuertes aprendizajes... y otros que son como un recreo, pero malos no son.
Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos.Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad.

Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso. Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas: -a aprender a amar -a dejar huella -a ser felices

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:

-Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento.
El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental.
Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros.
A esta tierra vinimos a cansarnos,....... para dormir tenemos siglos después.

-Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero.
Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

-El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores.
Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los choferes de los micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día.
Querernos.
Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, almohadones aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida.
Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro.

Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello.
La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia espiritual.
Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa.
Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias.
Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la actitud con la cual enfrentemos lo que nos toca.

Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican.
Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.
Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro".
                                                                                                                                                                                                                                
Fray  Mamerto Menapace,
Monje Benedictino


miércoles, 3 de junio de 2015

Rostros luminosos "marcados" por la oración

Presbítero anglicano convertido al catolicismo en 1845,
más tarde fue elevado a la dignidad de cardenal por el papa León XIII y
 beatificado en 2010 en una ceremonía que
 presidió el Papa Benedicto XVI en el Reino Unido
Una bella oración del beato John Henry Newman dice así: "Quédate, Señor, conmigo y entonces yo comenzaré a iluminar como tú iluminas". Esta oración en la que se invita al Señor a quedarse con nosotros nos recuerda a esa otro petición hecha a Jesús por los discípulos de Emaús: ¡Quédate con nosotros porque cae le tarde! (Lc 24, 26). Pedirle a Señor que esté con nosotros, que no se vaya, que se quede con nosotros, es reconocer que sin Él nada podemos y que sin Él la vida carece de luz, belleza y sentido. Cuando estamos con una persona que amamos y ésta, por diversos motivos, se tiene que marchar, al despedirnos de ella nos parece que el mundo es más triste y menos luminoso.
El Señor cuando está con nosotros nos da el calor de su presencia y de su amor y tememos que algún día se tenga que ir, que nos deje solos y desamparados. San Juan de la Cruz describe en poesía esta "ida" de Dios y la búsqueda ansiosa del alma que sale en su búsqueda: "Como el ciervo huiste, habiéndome herido. Salí tras ti clamando y eras ido" (Canciones entre el alma y el esposo, 1, 3-5).
La oración de Newman dice que, estando el Señor con nosotros, entonces nosotros comenzaremos a brillar como Él brilla. A quien ama, se le nota el amor en el rostro y en toda su vida. Quien está lleno del amor y de la presencia de Jesús, ilumina de un modo nuevo toda su existencia y los demás ven en él la huella de la presencia divina. De algún modo a los santos se les ha visto en torno a sí esa aureola que los hace participar del mundo divino aun viviendo en esta tierra.


La luz se verá en nosotros, pero no será nuestra, será de Jesús. Él es la Luz de mundo y quien lo sigue no camina en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8, 12). Él es como el sol y nosotros somos sólo la luz refleja de la luna. Quien ora recibe esta maravillosa luz divina que calienta su todo ser, dando luz a la inteligencia y fuerza a la voluntad para vivir en el amor y responder al Amor con amor.
A veces pensamos que oramos mal y efectivamente nuestra oración podría mejorar mucho, pero sin embargo ya por el hecho de orar nuestra vida asume una luz nueva que, a pesar de nuestras luchas, los otros perciben. En su novela "Diario de un sacerdote de pueblo", Bernanos describe el encuentro de un parroquiano, el Sr. Olivier, con un joven sacerdote. El parroquiano le dice al sacerdote que ve en su rostro el hábito de la oración. El sacerdote responde: "Pero si yo oro muy mal". Y el parroquiano le contesta que lo que se ve en él es el esfuerzo por orar, el combate de la oración. Y añade: "Su rostro está como "gastado" por la oración". A veces creemos que nuestra oración es mala porque es una lucha y sin embargo en esa lucha, como en la lucha de Jacob con el ángel, está presente Dios y se nota su presencia luminosa en nuestra vida, dejándonos "marcados", como el ángel marcó a Jacob en el muslo (Gn 32, 26). Dios nos "marca" con su presencia aunque nuestra oración sea una lucha y no sea lo perfecta que quisiéramos.
El mundo espera rostros "marcados" por la presencia de Dios, "gastados" por la oración y de este modo el mundo podrá recibir algo de la luz esplendorosa de Cristo. No temamos el combate de la oración, las luchas de la oración, las noches de la oración, incluso cuando, heridos por el amor de Dios, parece que Él nos abandona por un momento. En esa herida divina, está ya nuestra curación y en esas tinieblas, despunta la luz porque para Dios "las tinieblas son como luz" (Sal 139, 12).


Publicado en la Revista Allah Mahabba. Versión Impresa. Año XV N° 45. Marzo 2015

[1] Nacido en Valdepeñas (Ciudad Real) España , El 4 de diciembre 1957
Legionario de Cristo desde 1974
Grados
Licenciado en Filosofía, Universidad Gregoriana, Roma
Licenciado en Teología, Universidad Gregoriana, Roma
Doctorado en Teología, Universidad Gregoriana, Roma
Otros estudios
Diploma de Estudios Humanísticos Salamanca , España (1976-1977)
Áreas de especialización: Filosofía de la Ciencia, Antropología Teológica, Doctrina Social de la Iglesia católica, Espiritualidad cristiana.

lunes, 1 de junio de 2015

La Parroquia Grecomelkita Católica “San Nicolás De Myre”

En Marsella., Francia. Año 1821

Los católicos grecomelkitas no vinieron a Francia, y especialmente a Marsella, buscando trabajo, sino anhelando  un país libre donde pudieran practicar su religión, sin apremio ni gravamen alguno.
Es en 1801 que, centenares de grecomelkitas católicos habían llegado a Marsella, por miedo a las represalias de los turcos (otomanos), a causa del apoyo que los melkitas brindaron al ejército francés durante la expedición de Napoleón Bonaparte en Egipto y en Siria.

Entre los melkitas había: un general, oficiales y comerciantes, de los cuales “los Sakakini” (nombre de una familia famosa) iban a perpetuar su apellido al Boulevard Sakakini, después del legado importante acordado con la Municipalidad de Marsella.

Un poco más tarde: en 1817…. otros católicos orientales desembarcaron en la ciudad de Marsella, por no obedecer un decreto del sultán de Constantinopla (Estambul) obligando a los católicos de nacionalidad otomana a someterse a la autoridad del patriarca ortodoxo. Entonces, eran un millar de católicos orientales, piadosos, creyentes y apegados a sus tradiciones litúrgicas que tenían necesidad de un lugar de culto.

Como católicos, estos inmigrantes estaban oficialmente dependientes del Arzobispo de Aix en Provence, y debían de hecho, asistir a los oficios del rito latino. Como la mayoría de ellos no entendían el francés ni el latín, comenzaron a realizar su propio rito, gracias a la presencia,  de un sacerdote inmigrado con ellos: el Padre Tawil, originario de San Juan de Acre (Palestina) quién vendrá a ser profesor de árabe en el Colegio Imperial de Marsella.

Entonces, no es por oposición al rito latino, ni por estrechez identitaria que la primera comunidad oriental no practicó su religión en las iglesias marselleras, sino por razones prácticas.
En 1816, esta comunidad pidió por primera vez el derecho de edificar un lugar de culto. A pesar, de la presencia de un miembro de la Familia Sakakini en el Consejo Municipal, la petición fue rechazada por diversas razones políticas y financieras.


Maximos III Michael Mazloum, (1779–1855)
El 13 de abril de 1821, el arzobispo Maximos Mazloum, constituye el “Consejo Parroquial”. Michel Homsi, Gabriel Sakakini, y Michel Hamui. El 23 de mayo, pone en aviso al arzobispo de Aix –del cual dependía la diócesis de Marsella- la designación de un párroco alepino: el Padre Antoine Dakour.

Mons. Mazloum no esperaba una iglesia ya construida para ser afectada al culto. En el espacio de siete meses, hizo construir, con la ayuda financiera de sus parroquianos, una bella iglesia oriental, bajo el patrocinio de San Nicolás de Myre. 

La inauguraron el 7 de junio de 1821, sobre un terreno comprado a la familia Montause. El mismo Arzobispo Mazloum tomó a cargo la responsabilidad pastoral de la iglesia hasta 1823, ayudado por el P. Antonio Dakour y el P. Isaías Mossawer¨, quién permanece en Marsella hasta 1827 para terminar las pinturas del iconostasio.

En 1841, Maximos Mazloum, vino a ser Patriarca en 1833, e hizo registrar la iglesia “Saint Nicolas de Myre” al nombre del patriarcado greco melkita católico.

Los sacerdotes que sirvieron en la parroquia fueron los siguientes:
1822-1825
P.Antoine Dakour
1825-1828
P.Pierre Tinaoni
1828-1839
P.Michel Maksoud
1839-1849
P.Flavien Nahmé
1849-1858
P.Bernard Atyé
1858-1905
P.Philippe Abdou
1905-1924
P.Polycarpe Khayata
1924-1965
P.Basile Homsy
1965-1984
P.Goerges Karouth
1984-1995
P.Abdallah I.Raheb
1995-1997
P.Antoine Arab
1997-1999
P.Carlos F.Bravo
1999-2008
P.Elías Joseph Battikha
2008
P.Samir Homsy
2008
P.Antoine Haddad Forget
Los curas párrocos más destacados :
-P.Michel Maksoud  1828-1839 (bi-ritualismo): Este sacerdote, es del clero de Zahli, abrió la iglesia al bi - ritualismo. El consejo parroquial y la Asamblea de los Notables Orientales aprobaron esta convención con la siguiente reserva: “Salvaguardando la prioridad del rito bizantino en una iglesia construida para tal fin”.

-P.Philippe Abdou 1858-1905. Perteneció al clero patriarcal. Fue, quién dirigió a Mariam Bawardy (la futura beata Sor Mariam de Jesús Crucificado) -beatificada por el Papa Juan Pablo II en 1983-, al convento de las hermanas de San José de la Aparición, luego hacia el Carmel de Pau (cerca de Lourdes).

-El Archimendrita Polycarpe Khayata 1905-1924. Era sobrino del P.Phillippe Abdou, del clero patriarcal. Formado en Roma, recibió la condecoración: “Legión d´Honneur” por su buen accionar durante la I Guerra Mundial. Su coraje y bravura, permitieron en 1905, a la iglesia San Nicolás, seguir siendo una propiedad privada a diferencia de otras iglesias marsellesas, que pasaron a ser propiedad del Estado.

Fue conocido también por su participación con el Cardenal Lavigerie en la creación de los Colegios de Oriente –que más tarde tomaron el nombre de “L´Oeuvre d´Orient”. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta los años 1960, San Nicolás de Myre, fue el lugar de reunión de esta prestigiosa organización e impulsó numerosas actividades.

Con inmensa alegría se celebró el centenario de la iglesia en 1921, en la que el grande y piadoso Georges Bitar, oriundo de Damasco, había reemplazado en 1909, el antiguo sillón de yeso por un magnífico sillón en taracea incrustado de nácar.

Otras obras de embellecimiento, como los oratorios de San Nicolás, de Santa Ana y de San José, fueron realizados por las familias:  Boulad, Sakakini, Abboud y Homsy.

Dirección de la parroquia:
Paroisse Saint Nicolás de Myre
19 rue Edmond Rostand
13006 Marseille
France
Tel.+33-4-91535174
Fax+33-4-91046350
Traducido de la
 Revista Patriarcal N° 4/12. Año 1977

Por Monseñor Ibrahim Salaméh Karam
                                                         Exarca Apostólico



*Publicado por la Revista Allah Mahabba. Edición Impresa. Año XV N° 45. Marzo 2015