La iglesia de San Alfonso en el Esquilino[1]
es un importante centro de la espiritualidad cristiana, que custodia un antiguo
icono, venerado bajo el título de Virgen del Perpetuo Socorro.
Cuenta la tradición que el cuadro fue robado en
la isla de Creta por un mercader que lo llevó en barco a Roma en el Siglo
XV. Durante el viaje un fuerte temporal
puso en peligro la vida de los pasajeros y gracias a la intervención dela
Virgen del Perpetuo Socorro, todos lograron salvarse. Poco antes de morir, el mercader confió el
icono a un amigo, para que lo llevara a una iglesia de Roma.
Pero el amigo dejó
la imagen en su casa, y solo cuando murió, después que la Virgen se le apareció
en sueños a su hijita, expresando el deseo de ser llevada a una iglesia ubicada
entre las basílicas de Santa María Mayor y San Juan de Letrán, su esposa
entregó el icono a la iglesia de San Mateo, de los Padres Agustinos.
Durante tres siglos el icono suscitó la
devoción de los fieles de Roma, pero después de la destrucción de la iglesia en
1798 por las tropas de Napoleón fue trasladado primero a la iglesia de San
Eusebio y después a la iglesia de Santa María en Postérula, quedando olvidado
cerca de 70 años.
Posteriormente Pio IX encargó la difusión de
la devoción de la Virgen del Perpetuo Socorro.
MENSAJE DEL ICONO
El cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro es
un Icono (del griego, eikon: imagen), por lo tanto no es una simple
reproducción de un santo, sino una representación que hace presente en forma
espiritual los personajes representados.
Así, rezando delante del Icono, pintado según específicas normas
técnicas y teológicas podemos profundizar nuestro conocimiento del misterio de
Cristo, de la Virgen y de los ángeles y
entrar en contacto espiritual con ellos.
El Icono del Perpetuo Socorro pertenece al tipo de iconos llamados
Virgen de la Pasión y representa a la Virgen con el niño, cortejados por dos
Arcángeles que tienen los instrumentos de la Pasión del Señor, mientras que el
Niño aparece aferrado a la mano de la madre y del pie, se le suelta una
sandalia que deja ver su planta. Las letras griegas, que están en el Icono
indican los nombres de las cuatro figuras: Jesucristo, Madre de Dios, Arcángel
Gabriel y Arcángel Miguel.
El anónimo artista del Icono del Perpetuo
Socorro, parece que quiso representar la angustia de Cristo, que contemplando
su futura Pasión, representada en los símbolos de los Arcángeles, pierde,
debido al brusco movimiento una sandalia.
Estos elementos de la composición revelan la realidad del sufrimiento de
la Pasión de Cristo. Sin embargo, en el cuadro se evidencia también el triunfo
de Cristo sobre el sufrimiento y sobre la muerte, como lo muestra el fondo
dorado (símbolo de la Resurrección) y la forma como los Arcángeles tienen los
instrumentos de la Pasión. En efecto, más que una amenaza de destrucción, los
instrumentos aparecen como trofeos de victoria, tomados del Calvario la mañana
de Pascua. Se puede afirmar que el misterio principal del Icono es el
misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
El punto central del cuadro está en el
encuentro de la mano de la Madre con las manos del Niño. La mano derecha de la Madre acoge al Hijo,
subrayando así la humanidad de Cristo.
Por otra parte, la realidad de la Encarnación
se ve también en el hecho que el Niño muestra la planta del pie y en el
aferrarse a la Madre, como buscando el consuelo de María. La mano de la Virgen, muestra al mismo tiempo
al Hijo de Dios, poniendo de relieve la naturaleza divina de Jesús.
María, por
lo tanto, es representada como la
Hodigitria
[2],
es decir, la que nos guía hacia el Redentor, hacia el que es “el Camino, la
Verdad y la Vida.” Ella es nuestro Socorro, que intercede por nosotros delante
de su Hijo, que ha sacrificado su vida por nosotros en la cruz en el Calvario.
La estrella en la frente de la Virgen subraya, precisamente el importante rol
que ella tiene en el plan de nuestra salvación como Madre de Dios y de la
entera humanidad. Contemplando el Icono del Perpetuo Socorro, así como es,
lleno de sugerencias para la meditación, podemos captar el Misterio de Cristo y
profundizar nuestra relación con El bajo la guía de la Madre del Redentor.
Material aportado
por la Prof. Virginia Massud
Fuente bibliográfica:
Santuario
de la Virgen del Perpetuo Socorro en Roma
Icono
de la Virgen expuesto en el Santuario
Original
griego del siglo XIV
Publicado Revista Allah Mahabba N° 45. Año XV. Marzo 2015. Versión impresa
[1] El Esquilino (lat.
Esquiliae o, más tarde, Mons Esquilinus) es una de las siete colinas de la
Antigua Roma.
[2] El
nombre de Hodigitria se remonta probablemente a una imagen de la Virgen del
monasterio "ton dodegon" (la que indica el camino), de
Constantinopla, donde fueron atribuidos numerosos milagros al icono original.
Tal vez también quepa buscar el significado de ese
nombre en el texto del himno Akatistos: "Que se salude a los hombres que
indican el camino a los hombres que caminan por las sombras". Y también,
al versículo 6 de Juan, 14, que dice: "Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida".
No hay comentarios:
Publicar un comentario