sábado, 18 de octubre de 2014

Sacramento de la Primera Comuníon en Catedral San Jorge

En el día de hoy, un grupo de siete niños, recibirá el Sacramento de la Primera Comunión en la Catedral San Jorge de la ciudad de Córdoba. La Santa Misa será celebrada por Monseñor Ibrahim Salaméh y su horario de inicio será a las 19.30 hs. 
En la misma asistirán los padres, y familiares de los niños, que vivirán un momento de Gracia tan esperada, después de haber sido preparados por sus catequistas durante dos años.


Compartimos con ustedes un precioso poema del prestigioso catequista Marcelo Murúa; y previo al mismo una reflexión acerca de este quehacer evangelizador, que colaboró para que, hoy, un grupo de niños reciba el Sacramento de la Santa Comunión.


En forma permanente resuenan en mí estas palabras que vengo escuchando desde hace tiempo, en distintos lugares, junto a diferentes personas. Las recuerdo en reuniones de la Junta Nacional de Catequesis, en cursos y talleres que he compartido a lo largo de muchas diócesis del país.

Al escribirlas (y seguramente a tí al leerlas) me surgen del corazón y la memoria los rostros de tantas personas que el Dios Bueno me ha permitido conocer a lo largo de mi vida, que impregnaron en mí mismo, con su testimonio fecundo, el perfume de una vida de Catequista.
Pienso en mi mamá, mi primer catequista, que me leía aquellas historias fabulosas de los personajes bíblicos mientras almorzaba de pequeño.

Pienso en los queridos y recordados hermanos y sacerdotes marianistas, mis catequistas de la escuela, primaria y secundaria.

Pienso en doña Adela, la catequista del paraje "Costa del río Azul", cerca de El Bolsón, en los tiempos de misión (tan llenos de Dios).

Pienso en los nombres de mis amigos y amigas catequistas, con quienes he escrito, dado cursos, compartido reuniones diocesanas y nacionales.

Pienso en los miles de rostros que he conocido en tantas partes, anónimos, tan distintos, todos entrelazados por el mismo Espíritu.

Quiero hablar y compartir de lo que han visto mis ojos, y han escuchado mis oídos. Lo que han palpado mis manos y estrechado mis abrazos. Lo que he aprendido por el ejemplo y el testimonio. Lo que me ha contado el Dios Vivo en la vida de tantos hermanas y hermanas, que me enseñaron (y lo siguen haciendo) a descubrirme y re-conocerme en esta vocación compartida, apasionante, de "ser catequista".

Porque el Dios de la Vida ha tomado mi vida, y cambiado mi rumbo, para que me deje llevar
por su proyecto… soy catequista.(1)

                                               Tu pan es nuestro alimento

Me gusta comulgar, Señor.
Me gusta recibir tu Cuerpo
hecho pan de Vida.

Dame fuerzas para vivir
como vos nos enseñas:
amando a todos
y haciendo el bien.

Te pido que cada vez que comulgue
cambie en mi corazón.

Que crezca en la comprensión,
el perdón y la generosidad con los demás.
Ayudame a ser cada día mejor hijo,
mejor hermano, mejor amigo.

Que este alimento que recibo
me fortalezca y me de más fe.

Gracias Señor por ser
nuestro pan de cada día.

Marcelo A. Murúa
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 (1)No damos catequesis, somos catequistas". / Autor: Marcelo A. Murúa

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