“La humanidad entera tiene una necesidad imperiosa del
testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a andar a
contracorriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo su propia fe en Dios,
Señor y Salvador”. (San Juan Pablo II).
El Santo Padre compartió un momento de oración y diálogo en
la Casa Santa Marta con 40 jóvenes de varias parroquias de Buenos Aires:
Nuestra Señora de las Nieves, San Pedro Apóstol, Jesús Sacramentado, San Isidro
Labrador, Nuestra Señora de Luján de los Patriotas, Nuestra Señora del Valle y
de la casa pastoral juvenil diocesana.
Al entrar al salón, el Papa Francisco invitó a los jóvenes a
sentarse en el piso y a compartir unos mates, la clásica bebida caliente que
toman los argentinos.
El encuentro duró unos 40 minutos en los que el Papa
respondió preguntas de los jóvenes y charló con ellos.
“Nos recibió como si fuéramos a tomar mate, uno más de la
casa. Nos sentamos en el piso. Fue siempre muy simple, muy sencillo, dispuesto
a escucharnos, como uno más”, contó a AICA Ileano Glusko, de la parroquia
Nuestra Señora del Valle, quien destacó “la sencillez, la humildad y la
predisposición” del Santo Padre.
Los jóvenes le preguntaron sobre cómo descubrir a Dios en la
vida cotidiana, cómo jugarse por la vocación, cómo superar la crisis de fe, y
Francisco habló sobre la vida sacerdotal y religiosa.
“El Papa es muy contundente, expresivo, nos habló mirándonos
a los ojos diciendo cosas que nos interpelaron mucho. Habló de la juventud, de
las vocaciones, de las maneras y formas de ser cristiano”
El Pontífice, dijo, “nos habló con ese ejemplo y esa actitud
de un Dios muy cercano, que nos acompaña cotidianamente y no es inalcanzable”.
Francisco afirma que en la familia “se encuentra la figura y
la presencia de la mamá, y así lo dice en estas páginas la Madre Teresa: ‘las
madres son el corazón de la casa y son ellas quienes forman a la familia,
aceptando, amando y cuidando amorosamente a sus hijos. (De hecho) muchos de los
sufrimientos de los jóvenes son causados por la vida familiar. (…) Es la madre
quien hace de la casa un nido de amor. A veces ser madre puede ser una
experiencia verdaderamente ardua, puede ser una cruz, pero tenemos con nosotros
a la Virgen, la mejor de las madres, que siempre nos enseña a ser tiernas con
nuestros hijos’”.
En la familia, prosigue el Papa, “de hecho, aprendemos de
mamá y papá a sonreír, a perdonarnos, a acogernos, sacrificarnos unos por
otros, a darnos sin pedir nada a cambio, a rezar y sufrir juntos, a alegrarnos
y ayudarnos recíprocamente”.
Francisco resalta luego que “en
ninguna otra situación de vida es posible vivir todo lo que se vive en una
familia. Y la Madre Teresa, en una de las respuestas de los encuentros
presentados en este libro, nos dice: ‘ustedes deben convertirse cada vez más en
la alegría y el consuelo de Dios, alentando la oración en sus familias. La
familia tiene necesidad de amor, comunión y arduo trabajo. Y este será el don
más grande que pueden ofrecer a la Iglesia’”.
La “misericordia” será el tema
sobre el que se centra toda la JMJ, en ocasión del Jubileo de la Misericordia
que se celebra en la Iglesia universal hasta el próximo mes de noviembre.
En todos los grandes eventos de
la JMJ, el Evangelio será proclamado en polaco y en paleoslavo, la lengua usada
en la liturgia greco-católica.
Durante la vigilia de oración del
Papa Francisco con los jóvenes el día 30 de julio se escucharán los testimonios
de un sirio, un paraguayo y un polaco.
No olvidemos en nuestras oraciones, en nuestras Parroquias y en las
Instituciones de nuestros jóvenes.
Fuente: es.catholic.net/
Fuente: es.catholic.net/
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