viernes, 25 de abril de 2025

Carta Encíclica Laudato Si:

El cuidado de nuestra casa común, don de Dios, una tarea de todos.

El título de esta encíclica está inspirado en la hermosa oración “El cántico de las creaturas” de San   Francisco de Asís, patrono de la   Ecología,  el cual nos recuerda que nuestra casa común «es también    como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge  entre sus brazos» (n. 1).
El Santo Padre nos propone una    mirada profunda sobre las diferentes realidades en donde hoy la humanidad está inmersa. Nos invita a descubrir nuestro rol dentro de la Creación, nuestro deber con la       naturaleza y el Creador (64).
Está de más decir que Laudato Si no se reduce solamente a la problemática ambiental y ecológica como algunos medios de comunicación han  intentado indicar,  sino que también tiene una naturaleza magisterial, pastoral y espiritual. Por ello, es  importante situarla en el contexto de la realidad de la fe.
 
Tampoco es la primera vez que la Iglesia se expresa con honda preocupación sobre la Ecología,    aspecto que se relaciona  intrínsecamente con la Doctrina  Social de la Iglesia porque refiere a los grandes desafíos socio - culturales,  políticos -económicos y   religiosos - antropológicos.
Aunque la nueva perspectiva es la visión de una ecología integral como paradigma capaz de articular las relaciones de la persona con Dios, consigo misma,  con los demás y con la Creación,  que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales”, vinculadas con la situación ambiental, donde ciencia y religión puedan entablar un diálogo “intenso y productivo para ambas”.

El Papa nos invita a detenernos a pensar en los desafíos de la problemática del medio ambiente. Es una interpelación seria de la realidad sobre el cambio climático,  sobre el agotamiento de los recursos naturales y su relación con las guerras para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones.
La guerra siempre produce daños graves al   medio ambiente: “57. Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas   guerras disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones.
La guerra siempre produce daños  graves al medio ambiente y a la riqueza cultural de las poblaciones, y los riesgos se agigantan cuando se piensa en las armas nucleares y en las armas biológicas.” De cómo el deterioro del ambiente y de la  sociedad inciden directamente sobre los sectores más vulnerables: “49.
Quisiera advertir que no suele haber conciencia clara de los problemas que afectan particularmente a los excluidos. Ellos son la mayor parte del planeta, miles de millones de   personas.
Hoy están presentes en los debates políticos y económicos internacionales, pero frecuentemente parece que sus problemas se plantean como un apéndice, como una  cuestión que se añade casi por      obligación o de manera periférica, si es que no se los considera un mero daño colateral.
De hecho, a la hora de la actuación concreta, quedan  frecuentemente en el último lugar.”
Los ejes temáticos en lo que está compuesto este documento le dan fuerte consistencia al mismo. 

Ellos son:
ü relación entre los pobres y fragilidad del planeta;
ü crítica al paradigma tecnocrático y las formas de poder que   derivan de este;         
ü invitación a buscar nuevas formas de entender la economía y el   progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología,
ü la  necesidad de debates sinceros y honestos,
ü la grave responsabilidad de la  política internacional y local,
ü la cultura del descarte y
ü la propuesta de un nuevo estilo de vida.» (n.16).

La Creación:
proyecto del amor de Dios.
Francisco nos recuerda que la Creación es don de Dios, regalo amoroso del Padre quien pone al hombre como custodio de la  Creación, con la misión y tarea de cuidar, conservar y renovar la casa  común, nuestro planeta, prestando especial  atención a los pobres quienes son los más       perjudicados por las  consecuencias de los daños ambientales.

Asimismo nos deja esta pregunta:
 “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos suceden, a los niños que están creciendo? (n.160).
Esto nos lleva a reflexionar sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social, y de no hacerlo así, nuestras preocupaciones ecológicas no obtendrán resultados concretos.
Debemos pensar y estar conscientes de que la tierra es herencia común, cuyos frutos deben beneficiar y abastecer a todos por medio de la equidad (Gaudium et Spes, 69).
Recordemos que Dios creó al hombre para vivir en comunidad y en comunión.
Somos administradores de su obra creadora.
Por último, el Papa nos invita a  escuchar los gemidos de esta tierra “maltratada y saqueada” junto con el clamor de los descartados de la  sociedad.
Nos llama a una “conversión ecológica”, expresión de San Juan Pablo II, a un “cambio de rumbo” para asumir la urgencia del desafío ante el cuidado de la Creación con un sentido esperanzador ya que el ser humano es “capaz de superarse, volver a elegir el bien y regenerarse”.*

Nota: La sinopsis de la Encíclica fue elaborada por la Catequista María José Molina. Catedral San Jorge, Córdoba.
*Publicado por  la Revista Allah Mahabba. Edición Impresa. N° 46. Año XV, agosto del 2015. Argentina
 

miércoles, 23 de abril de 2025

La Santidad: vivamos este compromiso en la figura de San Jorge

Al acercarse el mes de abril, los que formamos parte de la comunidad de la parroquia Católica San Jorge, no podemos dejar de recordar la hermosa figura y ejemplo de santidad que representa nuestro Patrono. Nacido en Lud, Palestina, en el siglo III miembro de una familia fervorosamente cristiana, tuvo una infancia feliz y fue formado en los valores de Cristo.
Resultado de imagen para La Santidad: San Jorge Al morir sus padres, donó todos sus bienes a los pobres y decidió formar parte de la guardia imperial. Como soldado romano, obtuvo muchos reconocimientos militares, hecho que despertó la admiración del emperador Diocleciano, cruel perseguidor de los cristianos.
Como el fuego del Espíritu Santo ardía en el corazón de Jorge, elevó una queja personalmente al emperador, en contra de esta brutal persecución, lo cual lo enfureció. Y fue así, como Jorge subió al cadalso el 23 de abril del año 303, luego de haber soportado torturas y flagelación, martirio que sufrió acompañado de la Gracia de Dios en todo momento, lo que le dio fuerza suficiente para no flaquear y seguir firme en su Fe.
Los pintores lo representan como un jinete que pisa a un dragón y lo atraviesa con su lanza y así salva a la hija del rey que lo contempla asustada.
El caballo blanco significa la gracia de Dios, el dragón: el mal, y la hija del rey: la Iglesia. Tan emblemática es su imagen que, la literatura inglesa, la toma para simbolizar el bien triunfando sobre el mal.
Mil setecientos años después, en el tercer milenio de la era cristiana, nosotros, miembros de la Santa Madre Iglesia, también estamos llamados como Jorge, a la santidad.
Quizás no tendremos que pasar por martirio, ni tampoco pensar que ser “santo” es un ideal inalcanzable , ya que desde el bautismo aceptamos este compromiso movidos por el amor a Jesús, María y el Evangelio.
Ser santo es aceptar la cruz de todos los días. Irradiar nuestra fe en los ámbitos donde nos desarrollamos: trabajo, familia. Dar testimonio, elegir el camino angosto renunciando a nosotros mismos y pensando en el hermano. Ser cristiano es un trabajo de todos los días.
Sigamos el ejemplo de Jorge siendo fieles a Jesús con nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo y hasta con nuestros enemigos.
Colaboremos en la construcción del Reino transmitiendo los valores del Evangelio con nuestro ejemplo de vida, renovando el compromiso de ser santos a diario. Nada hay más hermoso que atravesar esta experiencia de Dios.

Silvina Possenti Farah
                                Catequista              
   
Revista Allah Mahabba. Año III, Número 7. Año 2001. Edición Impresa.

domingo, 20 de abril de 2025

Entrega de Panes en la Misa del Hayme

En la Santa Misa de Resurrección (Pascuas) se entregan panes que tienen un sello. Ese sello con el cual están marcados los panes que se obsequian en la misa de resurrección representa  el Cordero de Dios, escrito en letras griegas.
La repartición de los panes bendecidos es porque la misa del HAYME (madrugada de resurrección en árabe) suele durar  desde  la  noche  del  sábado hasta la madrugada del domingo, y  en  este  sentido  el  pan  es  “..alimento  que  fortalece el corazón del hombre” (salmo 104:15).

Este pan bendito manifiesta la presencia del Señor y a Cristo resucitado entre nosotros.[1]


Cristo Resucitó de entre los muertos,
pisoteando la muerte con su muerte,
y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Cuando descendiste al Sepulcro, oh Inmortal,
destruiste el poder del hades; y al resucitar vencedor,
oh Cristo Dios, dijiste a las mujeres Mirróforas: “¡Regocíjense!”
 y a tus discípulos otorgaste la paz,  
¡Oh Tú que concedes a los caídos la resurrección!

"¡Eres muy grande, oh Señor, mi Dios, vestido de gloria y majestad," 

Salmos, 104 - Bíblia Católica Online



[1] Habelrih G. (2014) En diálogo con Monseñor Ibrahim. Revista Allah Mahabba N° 43, Rosario, pag.13

sábado, 19 de abril de 2025

Sábado Santo: "resplandece el misterio de la Cruz."

 

El Sábado Santo toda la liturgia es un himno alrededor del sepulcro vivificante de Cristo. El Señor crucificado es colocado en una tumba nueva, después de los sufrimientos con los que salvó al mundo.

Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.

La mañana se caracteriza por el canto de la "Enkomia" o "Thrini" (lamentaciones), cantada junto con el Salmo 118.

Así como el grano que cae a la tierra, si muere, da mucho fruto, así del cuerpo vivificante de Jesús brotará Vida.

La liturgia de este día también celebra el misterio del descenso del Señor al Hades. El Señor quiso demostrar concretamente que él era la luz del mundo, incluso para los que estaban en las tinieblas del infierno. La redención es universal para todos los hombres que vivieron en la tierra. La luz salvadora de Cristo también llega a las profundidades del Hades y libera a los justos muertos allí detenidos, haciéndolos resucitar y uniéndolos con él en la gloria del Padre

La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.

Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro.Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".

Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."

El sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.

El sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual.

 

https://www.aciprensa.com/recursos/sabado-santo-2000. Recuperado 02.02.2021

http://www.calendariobizantino.it/calendario-4.1617400800.html. Recuperado 02.02.2021