sábado, 1 de abril de 2023

Sábado de Lázaro

 Sabado de Lazaro (CBB) - YouTube

Habiendo llegado al final de la Gran Cuaresma del ayuno, la Iglesia nos propone la contemplación del misterio de la resurrección de Lázaro. Este aniversario, junto con la entrada a Jerusalén, que se conmemora mañana, tiene un carácter alegre que difiere del anterior camino de Cuaresma y de los sucesos posteriores de la Pasión. 

Esta semana será central porque se nos manifiesta el último gran milagro de Jesús. Jesús comienza su viaje hacia Betania, cuando se entera que su amigo ha muerto. El centro de atención es Lázaro, su enfermedad, su muerte y el dolor de sus allegados, y la compasión que siente Cristo ante estos acontecimientos. 

El nombre de Lázaro significa “Dios es nuestro auxilio”.El amor por cada hombre que sufre, muere y el cariño a sus seres queridos que sienten la pérdida. El relato del Evangelio de Juan sitúa la resurrección de Lázaro unos días antes de la Pasión del Señor. 

 Jesús fue invitado a ir a Betania porque su amigo Lázaro estaba gravemente enfermo, pero en lugar de apresurarse, retrasó su partida, tanto que llegó a Betania cuatro días después de la muerte de Lázaro. El significado de su demora está bien explicado en el pasaje evangélico que se lee en la liturgia: "Esta enfermedad no es para la muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella".  

De hecho, el Señor transformará el evento natural de la muerte de Lázaro en una epifanía de su poder misericordioso.A su llegada a Betania, Jesús encontró a las hermanas de Lázaro, Marta y María, de luto por la muerte de su hermano. Al relatar este hecho, San Juan destaca la actitud diferente de las dos mujeres ante el Señor y, aunque ambas le reprochan su demora, Marta destaca su confianza: "[...] Pero incluso ahora sé que todo lo que le pidas a Dios, él te lo concederá », mientras que el dolor de María, que provocará la emoción del mismo Jesús.Jesús preguntó dónde estaba el lugar del entierro y, yendo al lugar, ordenó que se quitara la piedra que cerraba el sepulcro.  

Este pedido generó asombro y malentendidos, tanto que Marta, para resaltar el absurdo, subrayó que Lázaro llevaba cuatro días allí y ahora apestaba. Pero la insistencia de Jesús convenció a los presentes de actuar según su palabra. Jesús, levantando los ojos al cielo, oró y agradeció al Padre por lo que estaba por venir y con voz firme invitó a Lázaro a salir del sepulcro. La inusual escena que se les apareció a los muchos que se habían apresurado en esos días para ayudar a las hermanas de luto, se volvió aún más incomprensible cuando vieron a Lázaro salir de la tumba con todas sus vendas funerarias. 

El Milagro de Betania revela las dos naturalezas de Cristo, el Dios-Hombre. Cristo llora por Lázaro y en esto muestra toda la plenitud de su humanidad, lo que implica dolor genuino por la muerte de un querido amigo; pero luego también manifiesta su naturaleza divina, al resucitar a Lázaro de entre los muertos, aunque su cuerpo ya ha comenzado a descomponerse y a apestar. Esta doble plenitud de la divinidad del Señor y de su humanidad debe tenerse en cuenta en la Semana Grande y Santa, especialmente el viernes, cuando una verdadera agonía humana, tanto física como mental, se manifestará en la Cruz: el sufrimiento humano de Dios.

Liturgia: Sábado de Lázaro, de la Tradición Bizantina 

Sábado de Lázaro 

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