Cuánto optimismo hemos tenido al acercarnos al año 2000. Comienzos del siglo XXI, como si sintiéramos que algo inusual casi impensable va a suceder, y nos va a sorprender a todos. No pocas sectas aprovecharon para lanzar vaticinios de todo tipo como alguien que quiere acercar agua para su molino.
¡Cuántos contratiempos incalculables tuvimos!...naturaleza furiosa que no deja de marcar un rumbo doloroso de nuestro mundo desde: terremotos en múltiples lugares, hasta tsunami, inundaciones y vastas extensiones incendiadas. Tal vez sea, por culpa de nosotros: los humanos, por una ambición materialista insaciable sin miramientos al bien real de las personas, pero eso sí, siempre esgrimiendo los argumentos del progreso tecnológico a favor de la humanidad.!?
Pero cuando el ser humano quiere actuar de modo directo, el mal que causa podría ser incalculable.
Tomemos a las grandes potencias y principalmente “los atlantistas” que se creen dueños totales e indiscutibles del nuestro mundo, por las guerras que promueven –a veces por manos propias, y otras por “representantes regionales”- tratando falazmente de defender los principios más nobles que deben regir a las sociedades: derechos humanos, libertad, democracia, pero la intención es totalmente otra. Y está a la vista, de cualquier persona que quiera observar los acontecimientos por sus propios medios, más allá del propagandismo al servicio de aquellas potencias.
En lo que va del siglo, se promocionaron conflictos sangrientos, guerras destructivas, mostrando el nivel más bajo adonde el hombre “moderno” puede llegar. Esos hombres poderosos no tuvieron ningún escrúpulo en fanatizar a algunos grupos de una religión que condice hasta un cierto punto con la violencia para lograr su meta “legítima”, sin pensar en las nefastas consecuencias que podrían tener. Parece que la magia se volvió contra el propio mentor. Y vemos que, muchas de sus capitales y ciudades importantes quedan sacudidas por esos mismos grupos violentos que crean terror y horror.
Llegamos a tal punto donde no sería tan lejana de la verdad, la advertencia del Santo Padre, acerca de que una tercera guerra mundial …..estaría a las puertas.
Y si nos fijáramos, en la cantidad enorme de refugiados en el mundo entero, y especialmente en Siria (cuya nación recibió durante siglos cerca de 17 grupos étnicos del mundo antiguo y los amalgamó a su cultura y pertenencia nacional) y que ahora vemos, a los mismos sirios huyendo del terrorismo hacia Europa, desafiando los peligros del mar, superando las vallas que impiden el ingreso a un país con el propósito de tan solo: salvar su vida.
Algunos países aprovechan la circunstancia, para palear el decrecimiento demográfico de su país tratando de aceptar de preferencia los más calificados de los refugiados. ¡Cuántos murieron en el mar, y cuántos de los que llegaron fueron humillados!....Mientras que tenían en su país: libertad, respeto, todos los derechos asegurados.
Y vimos que el mundo entero fue conmocionado por la desdicha que tocó a parte del pueblo sirio.
A tal punto que el Santo Padre, pidió a las iglesias de América Latina, especialmente de Argentina en dedicar el día de la Inmaculada Concepción de María: 8 de Diciembre, como día de oración y ayuda a los cristianos de Siria y de Irak, para que permanezcan en sus hogares y su patria, como fieles testigos de su fe en Cristo.
Frente a todo esto, es lógico y necesario pensar con mucha seriedad en todo lo que el Señor, nos quiere decir y advertir a través de Revelaciones de Su Santa Madre, de algunos hombres y mujeres elegidos para transmitirnos acerca del porvenir oscuro, ensombrecido que va a tocar a gran parte de la humanidad, por alejarnos tanto de Su Divina Voluntad.
Cuántos sirios, y parte de los cristianos europeos recibieron, con mucha entereza, los mensajes que fueron transmitidos a una joven dama del Barrio Soufanieh, que es una de las ramificaciones de los más conocidos y antiguos barrios cristianos damascenos, de Bab Thuma y Kassaah. Allí la Virgen advirtió a todas las confesiones cristianas de, unirse alrededor de Su Hijo, pidiéndole al Señor ahorrar a su país dolores y destrucción.
Y así pasó en varias regiones, donde la Virgen le habló a algunas personas pías, llevándole el mensaje de su Divino Hijo.
El Papa Francisco, es quién mejor utilizó los medios digitales para unir a todos los cristianos del mundo y gente de buena voluntad, para rogar al Señor que evite tantas calamidades y catástrofes que se ciernen sobre nosotros.
¡Quién no se acuerda de la famosa jornada de ayuno y oración para frenar una guerra feroz contra lo que el Papa suele llamar: “Mi querida Siria”!, el día 7 de setiembre de 2013. Y así se pudo evitar la catástrofe, de parte de aquella potencia por todos conocida.
Y siguen las cadenas, por todos los medios, para rezar solidariamente, en un mismo espíritu, para que en este año que será inaugurado el 8 de diciembre como año de la Misericordia, la Misericordia de Dios tenga verdaderas repercusiones en los corazones de los poderosos en cuyas manos está nuestro destino.
Mons. Ibrahim Salaméh
M.S.P.
Exarca Apostólico
No hay comentarios:
Publicar un comentario