viernes, 27 de junio de 2025

Solemnidad conjunta de San Pedro y San Pablo

La solemnidad conjunta de Pedro y Pablo es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, celebrada el 29 de junio. Es una de las mayores celebraciones religiosas para los cristianos católicos y ortodoxos.
La fecha podría ser el aniversario de sus muertes o del traslado de sus reliquias.1
En el Santoral católico, es celebrado como solemnidad.


En las últimas décadas, esta fiesta ha sido de importancia para el moderno movimiento ecuménico como una ocasión en la que el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla han oficiado servicios diseñados para que sus iglesias vivan ésta celebración  más cerca de intercomunión, como participación en lo común. Este es especialmente el caso durante el pontificado de Juan Pablo II, tal como se refleja en su encíclica, Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995), en castellano: Que sean uno.
Tal expresión de voluntad de parte de Cristo para con sus discípulos,  venía amparada por la misma voluntad de Su Padre que, lógicamente, no debía querer separación entre la semejanza que había creado.
De Pedro, recordamos que,  vivió momentos muy importantes junto a Jesús:
  • Vio a Jesús cuando caminó sobre las aguas. Él mismo lo intentó, pero por desconfiar estuvo a punto de ahogarse.
  • Presenció la Transfiguración del Señor.
  • Estuvo presente cuando aprehendieron a Jesús y le cortó la oreja a uno de los soldados atacantes.
  • Negó a Jesús tres veces, por miedo a los judíos y después se arrepintió de hacerlo. 
  • Fue testigo de la Resurrección de Jesús.
  • Jesús, después de resucitar, le preguntó tres veces si lo amaba y las tres veces respondió que sí. Entonces, Jesús le confirmó su misión como jefe Supremo de la Iglesia.
  • Estuvo presente cuando Jesús subió al cielo en la Ascensión y permaneció fiel en la oración esperando al Espíritu Santo.
  • Recibió al Espíritu Santo el día de Pentecostés y con la fuerza y el valor que le entregó, comenzó su predicación del mensaje de Jesús. Dejó atrás las dudas, la cobardía y los miedos y tomó el mando de la Iglesia, bautizando ese día a varios miles de personas.
  • Realizó muchos milagros en nombre de Jesús.
Mientras que Pablo, yendo hacia  Damasco, se  le apareció Jesús                                                        en  medio  de  un  gran  resplandor,
cayó en tierra y oyó una voz que le decía: 
“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” ( Hechos de los Apóstoles 9, 1-9.20-22.). 
Con esta frase, Pablo comprendió que Jesús era verdaderamente Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo que vivía en cada cristiano. Después de este acontecimiento, Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron a Damasco y pasó tres días sin comer ni beber. Ahí, Ananías, obedeciendo a Jesús, hizo que Saulo recobrara la vista, se levantara y fuera bautizado. Tomó alimento y se sintió con fuerzas. 
Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y después empezó a predicar a favor de Jesús, diciendo que era el Hijo de Dios. Saulo se cambió el nombre por Pablo. Fue a Jerusalén para ponerse a la orden de San Pedro.[1]

Los cadáveres de San Pedro y San Pablo estuvieron sepultados juntos por unas décadas, después se les devolvieron a sus sepulturas originales. En 1915 se encontraron estas tumbas  pintadas en los muros de los sepulcros, expresiones piadosas que ponían de manifiesto la devoción por San Pedro y San Pablo desde los inicios de la vida cristiana.
Se cree que en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones de los cristianos primitivos. Esta fiesta doble de San Pedro y San Pablo ha sido conmemorada el 29 de Junio desde entonces.

El sentido de tener una fiesta es recordar lo que estos dos grandes santos hicieron, aprender de su ejemplo y pedirles en este día especialmente su intercesión por nosotros.[2]

jueves, 19 de junio de 2025

La Eucaristía es el tesoro más valioso que la Iglesia ha heredado de Cristo

http://es.luisapiccarretaofficial.org/news/amame-por-todos-saciame-de-amor/200

Corpus Christi (Cuerpo de Cristo), es una fiesta tradicional  religiosa y popular celebrada con mucha devoción, luego de 60 días contados a partir del Domingo de Resurrección. 
Se celebró por primera vez en 1246 en Lieja (Bélgica), promovida por la religiosa Juliana de "Mont Comillon" en el siglo XIII, con la idea de celebrar una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo, presente en la Eucaristía. 
Juliana, desde su temprana juventud, tuvo una gran veneración por el Santísimo Sacramento, y siempre anheló una fiesta especial en su honor. Se afirma haberse incrementado este deseo por una visión de la Iglesia bajo la apariencia de la luna llena que tenía un punto negro, el cual significaba la ausencia de tal solemnidad. Ella hizo conocer sus ideas a Robert de Thirete, entonces Obispo de Lieja, al erudito Dominico Hugo, más tarde cardenal legado en los Países Bajos, y a Jacques Pantaléon, entonces Archidiácono de Lieja, después Obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén. 
En 1264 fue instituida como festividad por el papa Urbano IV, mediante la bula “Transitur us hoc mundo”.
Este Oficio, compuesto a solicitud del papa por el Doctor Angélico Santo Tomás de Aquino, es uno de los más bellos en el Breviario Romano y ha sido admirado aún por los Protestantes.
En la Iglesia Griega la fiesta del Corpus Christi se conoce en los calendarios de los Sirios, Armenios, Coptos, Melquitas, y en los Rutenianos de Galicia, Calabria y Sicilia.
La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: « He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo » (Mt 28, 20); en la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una intensidad única. Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza.
Los Apóstoles que participaron en la Última Cena, ¿comprendieron el sentido de las palabras que salieron de los labios de Cristo? Quizás no. Aquellas palabras se habrían aclarado plenamente sólo al final del Triduum sacrum, es decir, el lapso que va de la tarde del jueves hasta la mañana del domingo. En esos días se enmarca el mysterium paschale; en ellos se inscribe también el mysterium eucharisticum.

https://vito-lavitaebella.blogspot.com/2018/05/o-cristiano-che-pieno-di-fede-vieni.html?spref=pi&m=1
Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial. Se puede observar esto ya desde las primeras imágenes de la Iglesia que nos ofrecen los Hechos de los Apóstoles: « Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones » (2, 42).La « fracción del pan » evoca la Eucaristía. Después de dos mil años seguimos reproduciendo aquella imagen primigenia de la Iglesia. 
Esto nos lleva a sentimientos de gran asombro y gratitud. El acontecimiento pascual y la Eucaristía que lo actualiza a lo largo de los siglos tienen una « capacidad » verdaderamente enorme, en la que entra toda la historia como destinataria de la gracia de la redención. 
Al final de cada Santa Misa también nosotros nos pondremos en camino, llevando el cuerpo de Cristo escondido en nuestro corazón y muy visible en el ostensorio. Acompañaremos el Pan de vida inmortal por las calles de la ciudad donde vivimos. Lo adoraremos y en torno a él se congregará la Iglesia, ostensorio vivo del Salvador del mundo.
Ojalá que todos los cristianos fortalecidos por su Cuerpo y su Sangre, muestren a Cristo a todos con su modo de vivir:  con su unidad, con su fe gozosa y con su bondad.
Que nuestra comunidad melkita recomience intrépidamente desde Cristo, Pan de vida inmortal.
Y tú, Jesús, Pan vivo que da la vida, Pan de los peregrinos, "aliméntanos y defiéndenos, llévanos a los bienes eternos en la tierra de los vivos". Amén.

"Cuando salían de la Divina Liturgia, todos los hombres y mujeres eran como Teóforos, es decir "portadores de Dios". Todos habían comulgado. Y en sus venas corría la sangre de Dios. Eran hijos de Dios y deificados. Y saliendo de la iglesia, marchaban con precaución. Como se marcha cuando se lleva algo inestimable..."


Referencias digitales:
https://www.aciprensa.com/Docum/eclesiaec.htm. Recuperado 29.05.18
http://www.mercaba.org/OSSERVATORE/2001-06-22/homilia_corpus.htm. Recuperado 29.05.18

sábado, 7 de junio de 2025

El Lunes de Pentecostés

El Lunes de Pentecostés o celebración del Espíritu Santo, conmemora el final del periodo de Pascua y pone termino a ese período litúrgico.

Como es costumbre de la Iglesia, al día siguiente de cada gran fiesta, se honra a aquellos a través de los cuales tuvo lugar el evento celebrado.

En este día adoramos de manera particular a nuestro Dios, en la hipóstasis del Espíritu Santo, el Consolador prometido por el Salvador a sus discípulos ( Jn 14,16 ), que descendió sobre ellos en Pentecostés y los guió "a toda la verdad. . » ( Jn 16,13 ), y que a través de los Apóstoles y sus sucesores sigue guiándonos a todos.

Ocurre el quincuagésimo día del tiempo de Pascua o Domingo de Resurrección y a ello se debe su nombre.

La festividad celebra la venida del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia. En el ámbito religioso es una de las fiestas más importantes después de la Navidad y la Pascua. Al estar sujeta al periodo pascual, es una fecha de tipo móvil dentro del calendario de días festivos.

Pentecostés, era una de las tres grandes fiestas judías y se celebraba con una procesión hacia el templo de Jerusalén, los judíos marchaban hasta allí para alabar a Dios y darle gracias.

Para la religión cristiana, Pentecostés tiene una significación profundamente espiritual porque simboliza la llegada del Espíritu Santo y el descenso sobre sus apóstoles. En ella la obra de Jesucristo es esparcida sobre la tierra. Es la confirmación de la promesa de Jesús de bautizar las almas de sus discípulos y de todas aquellos que creyeron en su palabra.

Es por ello que la celebración de Pentecostés celebra la unión espiritual de todas las almas, que, por medio del bautismo, reciben al Espíritu Santo representado en la figura de Jesús. En Efesios 4:4-6, se relata el significado de su venida de esta manera:” Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.

Espíritu Santo, dame tu luz, con la confianza de un niño pido también la intercesión de mi ángel de la guarda, de modo que tenga la docilidad para escuchar la Palabra y seguirla, como una oveja sigue a su pastor.

https://www.calendarr.com/espana/lunes-de-pentecostes/ Recuperado 24.05.2021

Hipóstasis es un término de origen griego usado a menudo, como equivalente de ser o sustancia. Puede traducirse como «ser de un modo verdadero», «ser de un modo real» 

 https://ec.aciprensa.com/wiki/Uni%C3%B3n_hipost%C3%A1tica/ Recuperado 24.05.2021

Consiste en la creencia de que Dios es uno y trino, es decir, es una unidad conformada por tres personas divinas relacionadas entre sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. A este principio de comunión de tres personas en un solo Dios se le conoce también como hipóstasis.