De acuerdo con la Divina Providencia que ha venido sobre varias iglesias fundadas por los apóstoles y sus sucesores en varios lugares, éstas durante el transcurso del tiempo han formado comuniones fortalecidas por un vínculo orgánico. Aunque la unidad de la fe y la unidad de la divinamente establecida Iglesia Universal permanece intacta, esas comuniones tienen sus propias formas, sus propios ritos litúrgicos, y sus propias herencias teológicas y espirituales... Esa diversidad de iglesias locales dirigidas en una maravillosa unidad, prueba la catolicidad de la unidad de la iglesia.
En nuestra Iglesia hay dos grandes familias de ritos, los occidentales y los orientales. Entre los ritos occidentales se encuentran el romano, el milanés o ambrosiano y el visigodo o mozárabe o hispánico. Históricamente se pueden citar más ritos, pero estos son los que están actualmente en uso.
Encuentro de Patriarcas Católicos. 23.11.2018 |
Y entre los orientales se enumeran cinco: el alejandrino, el antioqueno, el armenio, el caldeo y el constantinopolitano o bizantino. Se puede observar que entre estos ritos se encuentran los de los tres grandes Patriarcados de la antigüedad: el de Alejandría, el de Antioquía y el de Constantinopla.
S.B.Youssef Absi, Patriarca de Antioquìa y Todo Oriente, Alejandría y Jerusalén para los católicos grecomelquitas |
El Código de los Cánones de las Iglesias Orientales (Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, en adelante CCEO), en el canon 27, las define como “la agrupación de fieles cristianos unidos a la jerarquía, que la suprema autoridad de la Iglesia reconoce expresa o tácitamente como sui iuris”. La expresión "sui iuris" indica que son iglesias autónomas para legislar de modo independiente respecto a su rito y su disciplina, pero no respecto de los dogmas, que son universales y comunes a todas ellas y garantizan su unidad de fe – formando, esencialmente, una única Iglesia Católica obediente al Santo Padre, el Papa, que a todas preside en la caridad.
Las Iglesias orientales católicas son supervisadas por la Congregación para las Iglesias Orientales . Ésta fue creada en 1862 por el papa Pío IX, inicialmente como parte de la Congregación para la Propagación de la Fe, que supervisaba la actividad misionera, aunque se convirtió en congregación independiente en 1917.
El hecho de que se reconozca una Iglesia sui iuris se debe a que estas Iglesias particulares se engarzan en uno de los cinco ritos orientales. Entendiendo como rito “al patrimonio litúrgico, teológico, espiritual y disciplinar, distinto por la cultura y circunstancias históricas de pueblos, que se expresa en un modo de vivir la fe que es propio de cada una de las Iglesias autónomas”.
Profundas razones históricas llevan a considerar y respetar el patrimonio espiritual de cada una de ellas. Todas ellas son tributarias del patrimonio espiritual de uno de los Patriarcados de la antigüedad, o de otras venerables tradiciones.
En el caso de Armenia, esta nación recibió la fe cristiana antes del siglo III. Y los cristianos de Caldea pueden remontar sus antecedentes en la fe a los Apóstoles. Con el paso de los siglos se formaron esas tradiciones homogéneas que derivaron en la constitución de liturgias propias y Patriarcados autónomos. Aunque hubo cismas y herejías que rompieron la unidad de la Iglesia, hubo cristianos de esas tradiciones que volvieron a la comunión con el Romano Pontífice. Para poder respetar su rico patrimonio espiritual se constituyeron en Iglesias sui iuris.
Después del Concilio Vaticano II se inició una nueva codificación, tanto latina como oriental. En el caso de los orientales el 18 de octubre de 1990, con la Constitución Apostólica Sacri Canones, el Papa Juan Pablo II promulgó el vigente CCEO.
El CCEO, en su canon 1, indica que sus cánones se refieren sólo a las Iglesias católicas orientales. Es una norma paralela a la del Código latino, también en su canon 1º. Y es que, aunque -como es lógico- responde a la misma fe y a la unidad sustancial de la Iglesia de régimen y sacramentos, entre ambas partes hay una variedad que forma parte de la belleza de la iglesia que Cristo fundó. Porque el Señor quiso que en la Iglesia haya unidad, pero no uniformidad.
Es verdaderamente, una gran contribución a la unidad de la Iglesia que orientales y latinos conozcamos nuestras tradiciones y las respetemos y amemos.
Referencias Digitales:
Pedro María Reyes Vizcaíno | Fuente: Catholic.net
https://es.aleteia.org/2016/08/08/sabias-que-la-iglesia-catolica-esta-constituida-por-24-iglesias-autonomas/
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