jueves, 6 de noviembre de 2014

Su Beatitud Gregorio III: 'Las armas no bastan para vencer al ISIS'

Su Beatitud Gregorios III Laham

Hoy la Iglesia Greco-Católica Melquita cuenta con 1,5 millones de fieles repartidos por todo el mundo. Están presentes en todos los países árabes de Oriente Medio, así como en Europa, Canadá, Estados Unidos, América Latina y Australia. Se trata de una gran diáspora que aumenta cada día, debido a la emigración, y que diezma la presencia de estos cristianos en sus países de origen por diversas razones, en particular, por los diferentes conflictos que están en curso en la región.

La mayoría de los fieles de esta Iglesia oriental "sui iuris", que está en plena comunión con el Papa, son de lengua árabe. Su máximo representante es el Patriarca, que tiene jurisdicción para nombrar obispos y crear diócesis dentro de su territorio canónico. El Patriarcado de Antioquía y todo el Oriente comprende: Siria, Líbano, Jordania, Israel, los territorios palestinos, Iraq, Egipto, Sudán, Kuwait, Libia y Turquía.
En estos más de tres años de conflicto, Su Beatitud está siendo una de las principales voces contra la guerra en Siria. Además, no ha dejado de denunciar la difícil situación que viven los cristianos en la zona. Por este motivo, se encuentra estos días en Madrid, donde ha presentado el Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo 2014.
En esta entrevista con ZENIT, el patriarca Gregorio III Laham insta a la comunidad internacional a alcanzar un consenso general para combatir al ISIS, y ayudar al país a encontrar una solución a la crisis.
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Su Beatitud, ¿cree que los cristianos son conscientes del papel que juegan en Oriente Medio? ¿Cuál es su situación?
-- Patriarca Gregorio III Laham: Los cristianos están presentes en esta tierra desde hace dos mil años. Jesús nació en Palestina, pero el cristianismo en Siria. Estamos hablando en un sentido geográfico amplio. Es decir, nos estamos refiriendo al llamado Levante. No se puede negar que tenemos una experiencia vital en esta tierra. 

Hayamos sido más o menos numerosos, hemos sufrido bastante. En 1860, 25 mil cristianos fueron asesinados por los musulmanes. Hemos tenido problemas... Tampoco podemos olvidar el genocidio armenio o cuando asesinaron a más de 25 mil siríacos ortodoxos y católicos. Más recientemente, los cristianos han sido echados de sus hogares en Mosul y Nínive. Hemos sufrido graves pruebas, pero hemos permanecido aquí. Hemos podido, a pesar de todo, tener una misión muy importante. 
En este línea, podemos decir que el arabismo ha nacido del cristianismo. Somos nosotros los que lo hemos inventado o desarrollado, para tener el derecho de ciudadanía en el mundo musulmán. Las grandes escuelas, las grandes instituciones sociales, los orfanatos y multitud de iniciativas en el ámbito de la cultura han sido fundadas por cristianos. Ha sido nuestro modo de permanecer y tener un papel en este lugar. Hemos conseguido que nos aprecien, no imponiéndonos a nuestros conciudadanos sino contando con ellos. Grandes políticos, hombres de negocios, profesores, doctores, juristas… han sido formados en nuestras escuelas y organizaciones católicas. Son antiguos alumnos de nuestros centros locales y en el extranjero. Nuestro patriarcado gestiona un centenar de escuelas en Oriente Medio. También hay que contar con la labor de las congregaciones religiosas. Los cristianos en Oriente Medio ofrecen una gran contribución en este sentido. Se trata de nuestro documento de identidad. Esta es la manera de que nos conozcan en Oriente Medio. Por este motivo debemos permanecer.
Queremos ayudar a los cristianos a que permanezcan aquí, antes que dejarles marchar. Los que quieran irse lo pueden hacer, pero nosotros vamos a seguir invitándoles a que se queden. Su presencia es necesaria para contribuir en esta tarea tan importante. También para los musulmanes. Los musulmanes [saben que] nos necesitan, a pesar de que hay una cierta discriminación e incluso persecución.
Como ha dicho el Santo Padre, no podemos imaginar un Oriente Medio sin cristianos. Nuestra misión es permanecer. Noblesse oblige. Nuestros padres han construido la historia de Oriente Medio. Ahora nos toca a nosotros. 

¿Es posible dialogar con los fundamentalistas del ISIS?
-- Patriarca Gregorio III Laham: Es demasiado pronto para decirlo. ¿Quienes son estos del ISIS? ¿Son verdaderos musulmanes o no? ¿Son unos auténticos seres humanos o sólo unos robots? ¿Se trata quizás de unas marionetas, de unos simples instrumentos? 

Hemos tenido diferentes experiencias en la región de Oriente Medio. Por ejemplo, con los otomanos. Ya en su día, el Imperio Otomano otorgó la carta de ciudadanía a los que no eran musulmanes. Por tanto, se ha podido dialogar. También se ha podido dialogar en otros casos más recientes. Pero el ISIS todavía no tiene un documento de identidad. ¿Qué es el ISIS? No lo sabemos.
Cristo nos ha llamado al diálogo. ¿En qué consiste el cristianismo? Es la religión del diálogo. Como dice san Pablo, Dios habla a los hombres. Dios ha hablado a los hombres a lo largo de toda la historia. Y ahora nos habla. ¿Cómo pueden los cristianos hacer que Jesús hable hoy al mundo? ¿Cómo podemos los cristianos de Oriente y Occidente mostrar una visión verdadera al mundo? Este es el gran desafío. Los cristianos, con sus propias fuerzas y no con la ayuda de los gobiernos, tienen que mostrar al mundo una nueva visión. Ayudar al mundo a tener una nueva visión, una nueva manera de tratar el problema... No sólo con la guerra y las armas. Debemos responder a esta pregunta: ¿cómo podemos construir una civilización del amor?

¿Cree que es posible encontrar una solución pacífica al conflicto con el ISIS?
-- Patriarca Gregorio III Laham: Por supuesto. Y no sólo el conflicto con el ISIS. No podemos olvidar la campaña militar que está en curso. Es necesario un consenso general, sin excluir a ningún país. Si se alcanza un acuerdo entre todos los países árabes, musulmanes, y europeos para combatir al ISIS, se va a conseguir. Este consenso general tiene que estar guiado por una nueva forma de concebir el mundo, de concebir la guerra y la paz. Por un lado, se trata de un combate material y, por otro, de un consenso general. 

El consenso general para vencer al ISIS va más allá del uso de las armas. Se trata de una batalla del pensamiento, de las ideas, de la orientación, de esa nueva visión del mundo a la que hacia referencia anteriormente. Lo que nosotros deseamos es poder dar una nueva visión al mundo, que no se base solamente en la guerra. Que el mundo sepa que existen unas raíces de la fe. Europa vacila a la hora de decir que tiene una raíces cristianas, pero nosotros debemos decir que tenemos esas raíces de la fe. La fe es nuestra victoria, como dice el Apóstol. El arma para vencer es nuestra fe. 

http://www.zenit.org/es/articles/51851
Editado por Monseñor Ibrahim Salaméh M.S.P.

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