Este nombre suscita sentimientos entrañables y también testimonio de santidad, protección e intercesión. San Jorge encarna no solamente valores patrióticos, culturales, literarios y caballerescos, sino también y sobre todo, valores profundamente cristianos.
En efecto: ¿de dónde había de sacar san Jorge la valentía para luchar contra el dragón y liberar a la princesa? De su unión y comunión con Jesús que lo alimentó con la savia de la propia vida: «Yo soy la vid; vosotros los sarmientos» (Jn 15,5). ¿De dónde obtuvo la fuerza para ser fiel y soportar el martirio? Del Señor, que dijo: «Separados de mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5).
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