De todos es de sobra conocido el texto evangélico de la Samaritana (Jn 4). Un texto sumamente sugerente y confeccionado con gran inteligencia por el evangelista San Juan. Sabemos que se trata de un diálogo ejemplarmente pedagógico, a través del cual Jesús pretende guiar a la samaritana al reconocimiento de su verdad y de la grandeza del Dios que se le está regalando y que ella aún es incapaz de ver.
El Icono de la Samaritana reproduce muy bien la pedagogía que Jesús lleva con cada uno de nosotros si nos acercamos al pozo.
El lugar donde Jesús “espera” está marcado por esos dos elementos que reúnen en un mismo símbolo (el pozo) las dos esferas complementarias de la vida del hombre: el agua que sacia la sed del cuerpo, y la salvación o elección divina, que sacia la sed del alma. El lugar ya es una instigación contra el dualismo.
Jesús se planta en ese punto o eje cardinal del camino. Su intención no es solo la de descansar, sino la de poder ofrecer el agua verdadera que puede saciar la sed en el camino de la vida.
Sería muy importante que cada uno identificase cuál es ese “pozo” donde se dirige para sacar el agua que –al menos momentáneamente- pueda saciar su sed.
La Persona escogida, también lleva una carga simbólica profunda: una mujer samaritana (en cuanto samaritana “excluida” del pueblo Elegido – y en cuanto mujer despreciada por la sociedad – y desconocedora de su propia dignidad y sed). El reto de Jesús aquí será triple y, por lo tanto, más complicado: rescatar a la persona en esa triple dimensión relacional que la constituye en relación con los otros, consigo misma y con Dios. Y todo el diálogo parece seguir esa pauta: la llevará a ir superando esa triple barrera que dificulta el encuentro y la apertura a la verdad.
Cualquiera puede llegar a identificarse con esta mujer. Hay muchos elementos que, en el fondo, nos tocan a todos: sentirnos excluidos por algo, no aceptar nuestra historia, nuestra búsqueda continua de satisfacciones, nuestro permanecer encerrados en conceptos sobre Dios, o en tradiciones, normas, costumbres….nuestra búsqueda de seguridades, miedos, etc….
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