Este domingo celebramos los católicos bizantinos el Domingo de los Santos Padres del VII Concilio Ecuménico, (del 24 de septiembre al 13 de octubre de 787) donde fue restaurada la veneración de los santos iconos, después de la guerra iconoclasta que sacudió a la Iglesia en la porcion oriental del Imperio Romano.
En el año 787, bajo el amparo de la emperatriz Irene, se reunió en la ciudad de Nicea el Séptimo Concilio Ecuménico con la participación de 367 obispos de todas partes, con el objeto principal de determinar la posición de la Iglesia sobre la veneración a los Iconos de acuerdo a la doctrina de los anteriores seis Concilios y a las enseñanzas de los santos Padres. Aquí disponemos partes del texto del decreto del Séptimo Concilio, respeto a los santos iconos:
Nosotros hemos conservado las tradiciones de la Iglesia hasta el día de hoy sin cambio ni alteración. Una de estas tradiciones es la que el uso de los iconos es una tradición muy beneficiosa por varios aspectos; pues revela que la Encarnación del Verbo Dios es una realidad y no imaginación o ilusión; también los iconos, además de las enseñanzas y explicaciones que ofrecen, provocan santos sentimientos. Por eso, nosotros, conforme a la Tradición de la Iglesia universal inspirada por Dios, determinamos severa y minuciosamente que así como la honorable y vivificadora Cruz es exaltada, así también los santos Iconos -hechos en pintura, mosaico u otro material-, deben ser colgados en las santas iglesias, y puestos sobre los consagrados recipientes, también exaltados en las casas y vías; es decir la imagen de nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo, la de su santísima y purísima Madre, la de los Ángeles y de los Santos y todos los Justos; porque verlos frecuentemente en sus ilustraciones, facilita al pueblo de Dios conservar la memoria del origen, y estimula el deseo de imitar su vida. A estas imágenes se les deben reverencia y veneración, y no la adoración que pertenece únicamente a la Esencia divina. Según la antigua piadosa tradición, es genuino quemar incienso y encender velas ante estas imágenes y ante la honorable Cruz; porque la veneración es ofrecida al origen que la misma imagen representa”.
El mejor icono de Dios es el hombre. Desde el principio Dios lo crea conforme a su imagen. Este es el fundamento bíblico del icono. Así la afirmación de la iconoclasia de que “el arte de las imágenes no tiene fundamento en la economía de la salvación”, es por demás erróneo. Por otra parte, Dios en su infinita misericordia y por su propia voluntad, se hizo visible al asumir una existencia material, para nuestra salvación.
En tiempos pasados, nos dice San Juan Damasceno, Dios que no tenía cuerpo ni forma, no podía ser representado. Pero hoy, como Dios se ha manifestado en la carne y ha vivido entre los hombres, se puede representar el aspecto visible de Dios. No es que demos culto a la materia sino que damos culto al Creador de la materia, que se hizo materia por nuestra causa, que asumió una vida en la carne y que, a través de la materia, realizó nuestra salvación. Para los iconoclastas, en su lucha contra la veneración de iconos, la imagen es considerada como idéntica o “consubstancial” con el prototipo. Pero la imagen no contiene la realidad representada. San Juan dice que una imagen es siempre la copia de un original, semejante a éste pero necesariamente distinta. Esta distinción sobre la naturaleza de la imagen fue la base de la decisiva definición del culto a los iconos adoptada por los Padres del VII Concilio Ecuménico. El icono puede ser sólo objeto de veneración y de honor pero no de culto propiamente. Los Padres conciliares afirmaron: “Cuanto más contempla el fiel los iconos, tanto más se acuerda del que está representado y se esfuerza por imitarlo. Testimonia respeto y veneración, sin ninguna adoración propiamente dicha, que se debe a Dios solo”.
¡Gloriosísimo eres Tú, oh Cristo nuestro Dios!,
que estableciste a nuestro santos Padres,
como astros sobre la tierra; y
por medio de ellos nos guiaste
hacia la verdadera fe,
¡oh Misericordiosísimo, gloria a Ti!
Fuente:
http://www.acoantioquena.com/
http://www.iglesiaortodoxa.org.mx
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